EL NIÑO DIJO A SU MADRE
Por las costas de Galicia
el niño dijo a su madre,
que no es ninguna delicia
vivir como está mi padre.
“Que no quiero ese trabajo
ni quiero ser marinero,
y menos buscar atajo
en un rumbo aventurero”.
El niño nunca soñaba
el querer ser marinero,
y en su vida se afanaba
por buscar otro dinero.
No me gustan esos barcos,
ni sueño la mar por dentro,
mi rumbo no es hacer ascos
que puedan ser hoy mi centro.
“Y que no me gusta la mar
ni llevo la mar por dentro,
nunca soñé el navegar
ni quise vivir su encuentro”.
Las palabras se encendían
entre tiempos pasajeros,
ciertas luces pretendían
otros vientos lisonjeros.
“Que no me agrada la noche
en medio de ciertas olas,
que quiero poner el broche
de estar en las aguas solas”.
No quiero se marinero
ni soñar con la bahía,
no me siento aventurero
de una buena cofradía.
La mar se vuelve traidora
aunque resplandezca el día,
algún tiburón decora
su vivir en la porfía.
G X Cantalapiedra.
Por las costas de Galicia
el niño dijo a su madre,
que no es ninguna delicia
vivir como está mi padre.
“Que no quiero ese trabajo
ni quiero ser marinero,
y menos buscar atajo
en un rumbo aventurero”.
El niño nunca soñaba
el querer ser marinero,
y en su vida se afanaba
por buscar otro dinero.
No me gustan esos barcos,
ni sueño la mar por dentro,
mi rumbo no es hacer ascos
que puedan ser hoy mi centro.
“Y que no me gusta la mar
ni llevo la mar por dentro,
nunca soñé el navegar
ni quise vivir su encuentro”.
Las palabras se encendían
entre tiempos pasajeros,
ciertas luces pretendían
otros vientos lisonjeros.
“Que no me agrada la noche
en medio de ciertas olas,
que quiero poner el broche
de estar en las aguas solas”.
No quiero se marinero
ni soñar con la bahía,
no me siento aventurero
de una buena cofradía.
La mar se vuelve traidora
aunque resplandezca el día,
algún tiburón decora
su vivir en la porfía.
G X Cantalapiedra.