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MÁS QUE MONTES, BOSQUES.
Sin pensar en los misterios
de La Galicia Profunda,
existen momentos serios
donde la duda es rotunda.
Montes que parecen bosques
con ramajes de diabluras,
las hierbas nacen salvajes
sin entender de dulzuras.
Entre Ferrol y Coruña
casi a mitad del camino,
el monte siempre se acuña
en bosque de desatino.
Sentir la lluvia de cerca
entre signos peregrinos,
al ver que la niebla es terca
queriendo ocultar caminos.
Los arboles van creciendo,
con las hierbas de testigos,
Galicia lo va sintiendo
sin ver en ello castigos.
La noche impone silencio,
el viento va deprimido,
nadie quiere ser el necio
de sentirse compungido.
La noche tiene sus sombras
entre penosos delirios,
que muchas veces te asombras
al ver que dejan martirios.
Es la Galicia de siempre,
llena de sueños perdidos,
que puede tener su mente
entre signos reprimidos.
G X Cantalapiedra.
Sin pensar en los misterios
de La Galicia Profunda,
existen momentos serios
donde la duda es rotunda.
Montes que parecen bosques
con ramajes de diabluras,
las hierbas nacen salvajes
sin entender de dulzuras.
Entre Ferrol y Coruña
casi a mitad del camino,
el monte siempre se acuña
en bosque de desatino.
Sentir la lluvia de cerca
entre signos peregrinos,
al ver que la niebla es terca
queriendo ocultar caminos.
Los arboles van creciendo,
con las hierbas de testigos,
Galicia lo va sintiendo
sin ver en ello castigos.
La noche impone silencio,
el viento va deprimido,
nadie quiere ser el necio
de sentirse compungido.
La noche tiene sus sombras
entre penosos delirios,
que muchas veces te asombras
al ver que dejan martirios.
Es la Galicia de siempre,
llena de sueños perdidos,
que puede tener su mente
entre signos reprimidos.
G X Cantalapiedra.