NO TENGAS MIEDO MUJER
Al cruzar la Ría de Betanzos, por la carretera antigua de La Coruña a Ferrol, la esposa tembló de miedo, al ver lo estrecho del Puente, y la circulación que tenía, el marido conduciendo tranquilo, la insinuó, esta es la Galicia de rías y puentes, de estrecheces y gente valiente, no puedes temblar de miedo, si el paisaje te enseña otra forma de vivir, La esposa respondió, si nos caemos de aquí, ni las meigas no pueden echar una mano, no me gustan estas comunicaciones, con demasiadas curvas, puentes estrechos y árboles que te tapan la claridad del sol. El marido la contesto, esto es otra forma de vida, y no intentes venir a Galicia a dejar tus ideas antiguas. El Matrimonio después de ir a Ferrol, al volver se pararon en Pontedeume, y cruzaron a pie su Puente largo y precioso, donde el marido hizo fotos al Puente y a su esposa, para llevarse el recuerdo de una Galicia Profunda, con sus sendas de peregrinos, sus cruces en las esquinas, y muchas otras cosas que en otros lugares de España no existen. El matrimonio revisando sus excursiones, quería intentar acordarse de las similitudes parecidas, aunque Galicia siempre es distinta, y no se puede comparar a ninguna otra tierra o costa, Aquel matrimonio llego al convencimiento, de que estaban andando por unas comarcas, donde la vida no era parecida a ningún lugar, donde ellos pudieran haber vivido, notaban diferentes paisajes, diferentes maneras de entender la vida y a la vez sus diversiones. El matrimonio se marchó camino de su tierra, pero dentro de su mente, se llevaron recuerdos que ya nunca podrían olvidar, paisajes que estaban cargados de arboledas, y bosques donde apenas se podía andar, entre sus hierbas salvajes y árboles. Todo para ellos era una novedad, pero que les resulto fascinante. G X Cantalapiedra.
Al cruzar la Ría de Betanzos, por la carretera antigua de La Coruña a Ferrol, la esposa tembló de miedo, al ver lo estrecho del Puente, y la circulación que tenía, el marido conduciendo tranquilo, la insinuó, esta es la Galicia de rías y puentes, de estrecheces y gente valiente, no puedes temblar de miedo, si el paisaje te enseña otra forma de vivir, La esposa respondió, si nos caemos de aquí, ni las meigas no pueden echar una mano, no me gustan estas comunicaciones, con demasiadas curvas, puentes estrechos y árboles que te tapan la claridad del sol. El marido la contesto, esto es otra forma de vida, y no intentes venir a Galicia a dejar tus ideas antiguas. El Matrimonio después de ir a Ferrol, al volver se pararon en Pontedeume, y cruzaron a pie su Puente largo y precioso, donde el marido hizo fotos al Puente y a su esposa, para llevarse el recuerdo de una Galicia Profunda, con sus sendas de peregrinos, sus cruces en las esquinas, y muchas otras cosas que en otros lugares de España no existen. El matrimonio revisando sus excursiones, quería intentar acordarse de las similitudes parecidas, aunque Galicia siempre es distinta, y no se puede comparar a ninguna otra tierra o costa, Aquel matrimonio llego al convencimiento, de que estaban andando por unas comarcas, donde la vida no era parecida a ningún lugar, donde ellos pudieran haber vivido, notaban diferentes paisajes, diferentes maneras de entender la vida y a la vez sus diversiones. El matrimonio se marchó camino de su tierra, pero dentro de su mente, se llevaron recuerdos que ya nunca podrían olvidar, paisajes que estaban cargados de arboledas, y bosques donde apenas se podía andar, entre sus hierbas salvajes y árboles. Todo para ellos era una novedad, pero que les resulto fascinante. G X Cantalapiedra.