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PONTEDEUME: ERA UNA TARDE DE CHOCOLATERIA...

ERA UNA TARDE DE CHOCOLATERIA
Aquella tarde de finales de febrero, del año en curso, un matrimonio venido de Madrid, caminaba sin grandes prisas por Puentedeume, La tarde parecía un poco melancólica, por todas partes se escuchaba hablar de la guerra de Ucrania, la gente de esta zona de Galicia, le parecía mentira, lo que la televisión estaba contando. Parecía como si fuera una película de esas de sufrimiento y guerra, que muchas tardes o noches, suelen dejar sobre la pantalla, más esta tarde de finales de febrero, era la pura realidad, se notaba en el ambiente una rara sintonía, era como cuando se ve una tormenta en la lejanía, que poco a poco viene avanzando hacia donde estamos. Y no podemos impedir que nos dañe. Eso era lo más parecido, aquella tarde noche de febrero, del año actual. El matrimonio merendó, eso sí, escuchando a ciertos clientes, el futuro negro que se nos venía encima, La verdad que el chocolate y los churros fueron muy buenos, el paisaje de las rías, con ese Puente tan fabuloso, te dejaba muy buen recuerdo, pero aquel matrimonio no dejaba de pensar en el futuro tan triste, que se le acercaba a toda Europa, y comentaron con una camarera, que nos esperara. La camarera muy tranquila y serena, comentó. “Pudiera ser peor que ha sido la pandemia, que dejo muchos negocios y personas en la ruina.” El matrimonio se marchó pensando, como el mundo está en manos de cuatro locos, que algunas veces solo buscan hacer un imperio, pasando por encima de los pueblos, las libertades, los derechos de nacer libres y seguir libres toda la vida, y encima sentirse salvadores de no sé qué. Aquella tarde noche, hubo muchas personas en el mundo, que pensaron lo mismo, que estaban viendo como los derechos de querer vivir en paz, eran marginados y machacados, y encima con las amenazas de un dictador, que advertía de sus armas nucleares, para barrer la vida de nuestro querido planeta. Muchas personas lo piensan, no tienen los dictadores gente normal a su alrededor, para hacerles ver el daño moral físico y el terror que propagan, o solo cobran para seguir los pasos del terror y la muerte en el mundo. Parece ser que en todas las partes del mundo, existen aspirantes a ser dictadores, que solo siembren muerte y dolor en sus miradas al horizonte. Esto no es una película, nadie así lo piensa, nadie que sea normal, solo los endemoniados y endiablados, se deben de ver reflejados, eso sí, sin saber qué final pueden tener incluso entre sus súbditos, nadie conocemos el guión, que me parece que está por escribir. Que la Madre Naturaleza nos ayude. G X Cantalapiedra.