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PONTEDEUME: AYER TE DIJE PUENTEDEUME, Y HOY LO VUELVO A RECALCAR....

AYER TE DIJE PUENTEDEUME, Y HOY LO VUELVO A RECALCAR.
Siento correr la sangre por mis venas, entre penas que no puedo ocultar, de vez en cuando veo a Ucrania sufriendo las condenas, del invasor que la quiere dominar. Viendo los serios sufrimientos, de un pueblo que sueña LIBERTAD, sin entender a los grandes dictadores, con sus trances de horrible falsedad. El mundo resignado se pregunta, como pueden ser tan duros y fatales, que amontonan cadáveres a pares, que pronostican sus tristes realidades, y pregonan que son seres normales. Mi conciencia me dice que imposible, que se notan muy bien los funerales, hoy parece que todo es tan visible que los muertos no pueden ser dispares. Blanco y negro en fotos de castigo, donde quedan los sueños ancestrales, el dictador tendrá menos amigos al ver el mundo que implora al ver penosos males. Las conciencias se nublan cada noche, las preguntas los niños las reclaman, es notable que exista tal reproche, que las cunas temieran ver las llamas. Dictadores de sueños y mentiras, traficantes de fe sin esperanzas, hay noticias que siempre van y giran aunque nadie quisiera hacer balanzas. Mirando a Puentedeume sin gran prisa, viendo la tarde que se llena de nostalgia, esperando que acuda allí su brisa que en la noche nos parece que es la magia. Sin temblores de miedo en la distancia, con los sueños cargados de bonanzas, no quisiera vivir en la arrogancia, ni las guerras que terminan con tardanzas. Esperando que el Ume deje brisas, donde veamos de verdad siempre la calma, entornando de noche esas sonrisas que pudieran llenarnos bien el alma. En la noche de sueños marineros, esperando que Ucrania viva en PAZ, es posible que se vayan los guerreros que en esta vida jamás puedan triunfar. Dictadores de la muerte sin barreras, especialistas en las artes de matar, asaltadores de la PAZ de las fronteras, donde los pueblos quieren vivir su LIBERTAD. Los dolores de la muerte van brillando, casi nunca veremos funeral, hoy los muertos se siguen apilando y los heridos llevando al hospital. Me atormenta divisar dolor y llanto, hoy me asusta el viento que corre sin parar, muchas madres viviendo el desencanto de una guerra que no quieren acabar. No quisiera vivir ese gran llanto, en ese pueblo que derrocha dignidad, que de pronto necesita ver el canto con un grito de amor y LIBERTAD. G X Cantalapiedra.