CAMINANDO POR LAS ORILLAS DE LAS RÍAS GALLEGAS
En tardes con muchas brisas, sin buscar nunca a las meigas, iban surgiendo sonrisas al ver las lluvias que riegan. Las rías sueltan reflejos, la Luna viene cantando, las montañas a lo lejos quisieran seguir brillando. Campos verdes de Galicia con sus brillos especiales, el conocer su delicia traza momentos normales. Caminar junto a las rías en las tardes encantadas, sin temer las horas frías ni las sufridas andadas. Las rías tienen sus brisas que destilan humedades, las aguas no tienen prisas ni temen a las verdades. Los arboles de testigos en diferentes lugares, hay fríos que dan castigos atacando a los hogares. No sé qué tiene Galicia cuando nos llega la noche, el cielo suelta caricia sin jamás ponerle broche. Vienen vientos muy deprisa, seria se pone la noche, la lluvia deja esa brisa que nos parece un derroche. Caminar junto a la ría con ilusiones soñadas, es sentir precioso el día y más en las madrugadas. En esta tierra gallega, donde crecen ciertas flores, la lluvia que siempre riega hace crecer los amores. Campos verdes de esperanza con el corazón latiendo, se puede soñar templanza aunque camines sufriendo. Las meigas fueron volando buscando nuevas pasiones, la vida se va pasando entre muchas conclusiones, Meigas de noches penosas, que pisan nueva vereda, algunas buscaron rosas con hojas de pura seda. Caminos donde te pierdes en las noches con estrellas, entre las laderas verdes quizá sientes noches bellas. Vamos a cruzar el Puente, de esta ría con sus aguas, es un precioso aliciente para no pisar las fraguas. Viejas costumbres volando sobre las serias cabezas, el tiempo nos va marcando algunas serias lindezas. Caminar junto a las rías para sentir su corriente, existen bonitos días con el amor más presente. Pisar sin llorar problemas entre eucaliptos gigantes, y ver que sobran esquemas en lugares muy distantes. G X Cantalapiedra.
En tardes con muchas brisas, sin buscar nunca a las meigas, iban surgiendo sonrisas al ver las lluvias que riegan. Las rías sueltan reflejos, la Luna viene cantando, las montañas a lo lejos quisieran seguir brillando. Campos verdes de Galicia con sus brillos especiales, el conocer su delicia traza momentos normales. Caminar junto a las rías en las tardes encantadas, sin temer las horas frías ni las sufridas andadas. Las rías tienen sus brisas que destilan humedades, las aguas no tienen prisas ni temen a las verdades. Los arboles de testigos en diferentes lugares, hay fríos que dan castigos atacando a los hogares. No sé qué tiene Galicia cuando nos llega la noche, el cielo suelta caricia sin jamás ponerle broche. Vienen vientos muy deprisa, seria se pone la noche, la lluvia deja esa brisa que nos parece un derroche. Caminar junto a la ría con ilusiones soñadas, es sentir precioso el día y más en las madrugadas. En esta tierra gallega, donde crecen ciertas flores, la lluvia que siempre riega hace crecer los amores. Campos verdes de esperanza con el corazón latiendo, se puede soñar templanza aunque camines sufriendo. Las meigas fueron volando buscando nuevas pasiones, la vida se va pasando entre muchas conclusiones, Meigas de noches penosas, que pisan nueva vereda, algunas buscaron rosas con hojas de pura seda. Caminos donde te pierdes en las noches con estrellas, entre las laderas verdes quizá sientes noches bellas. Vamos a cruzar el Puente, de esta ría con sus aguas, es un precioso aliciente para no pisar las fraguas. Viejas costumbres volando sobre las serias cabezas, el tiempo nos va marcando algunas serias lindezas. Caminar junto a las rías para sentir su corriente, existen bonitos días con el amor más presente. Pisar sin llorar problemas entre eucaliptos gigantes, y ver que sobran esquemas en lugares muy distantes. G X Cantalapiedra.