PONTEDEUME: Y EL MAR SE LE VINO ENCIMA...

Y EL MAR SE LE VINO ENCIMA
En aquellas fechas del mes de agosto, la llegada a Galicia era muy constante en vacaciones, la juventud que venía para conocer el mar, de vez en cuando se llevaban sus sustos, incluso esperaban ver las olas acariciándoles, más se aproximaban hasta el trozo de mar donde las olas rompían con mucha más fuerza, dejándoles, tirados sobre la arena, sin verse demasiado animados, para aguantar la fuerza del Cantábrico o incluso del Océano Atlántico,
Eran años juveniles, de los que se buscan pasiones, y no se duda de la fuerza de esa juventud, que a veces la golpea hasta el viento.
Galicia fue el lugar de España, donde muchas personas conocieron el mar, sin poner demasiadas barreras, aunque la mayoría de las personas que vinieron a conocer estas tierras, su motivo mayor fue el ver los paisajes de Galicia, sus rías y montañas, sus laderas verdes y calladas, sus encantos naturales, su visita a Compostela, para visitar su catedral y ver al Apóstol Santiago en el altar mayor, que marca a muchos peregrinos, para toda su vida. Galicia tiene lugares que nunca jamás se olvidan, puentes sobre rías, ermitas colocadas en lugares de difícil acceso, y sobre todo sus costas, con olas bravas rompiendo sobre piedras milenarias, grandes acantilados, donde el agua del mar, parece tener una fuerza imposible de sujetarla, algún joven se hizo el valiente, y termino siendo un náufrago en alguna playa de las que parece que estas apartadas de su población.
Galicia enseño a muchas personas a respetar el mar, a verle si es posible donde no te pueda arrastrar para su adentro.
Y sentir sus olas, sin ese temor que producen algunas veces, con el mar enfadado. Es la Galicia marinera, que sabe hasta dónde llegar, y respetar sus temporales, que parecen algunas veces ser muy tenebrosos. G X Cantalapiedra.