SER GALLEGO POR CASTILLA
Cuando se siente a la tierra
donde nos vimos naciendo,
sobre la mente se encierra
un amor que va creciendo.
Ser gallego por Castilla
es defender la cultura,
de mucha gente sencilla
que lleva siempre dulzura.
Sin gritar al alto cielo
ni suplicar por motivos,
Galicia te da consuelo
sin ser sus días festivos.
Hay promesas que se pierden
en las inmensas llanuras,
y dudas de ciertos verdes
que te dejan amarguras.
Cuando la tierra te tira
con sus costas endiabladas,
la mente siempre te gira
buscando señas guardadas.
Leyendas con viejos cuentos
nos contaron en Galicia,
que a veces te dan alientos
y son la pura delicia.
Sentir las rías con brisas
alegrando madrugadas,
que anulan siempre las prisas
de mujeres enlutadas.
Esa lluvia tan gallega
que reluce con pasiones,
dicen que a veces se pliega
sin comprender sus razones.
G X Cantalapiedra.
Cuando se siente a la tierra
donde nos vimos naciendo,
sobre la mente se encierra
un amor que va creciendo.
Ser gallego por Castilla
es defender la cultura,
de mucha gente sencilla
que lleva siempre dulzura.
Sin gritar al alto cielo
ni suplicar por motivos,
Galicia te da consuelo
sin ser sus días festivos.
Hay promesas que se pierden
en las inmensas llanuras,
y dudas de ciertos verdes
que te dejan amarguras.
Cuando la tierra te tira
con sus costas endiabladas,
la mente siempre te gira
buscando señas guardadas.
Leyendas con viejos cuentos
nos contaron en Galicia,
que a veces te dan alientos
y son la pura delicia.
Sentir las rías con brisas
alegrando madrugadas,
que anulan siempre las prisas
de mujeres enlutadas.
Esa lluvia tan gallega
que reluce con pasiones,
dicen que a veces se pliega
sin comprender sus razones.
G X Cantalapiedra.