PUENTEDEUME ENTRE NIEBLA TENEBROSA
Aquella noche el miedo a la niebla era muy fuerte, la visibilidad era mínima y aquel hombre venido de La Castilla Profunda, se veía asustado ante tan fuerte niebla húmeda, el camino hacía su trabajo nocturno, en aquel mes de diciembre de 1975. Le parecía tortuoso, pero echándole mucho coraje y fuerza, consiguió llegar a Puentedeume, allí apenas se divisaba las casas y sus aceras, y teniendo que parar para limpiar los cristales de aquel coche SEAT. 600. Y poder divisar el lugar donde tenía su parada. La noche fue dura, apenas la niebla bajaba de intensidad, y al llegar la madrugada, al final de su jornada de trabajo, de nuevo volvió a su coche, para regresar al domicilio donde tenía su pensión, el camino fue fatal, sus ojos se empañaban de lágrimas, y termino perdiéndose, sin saber dónde estaba su destino, en aquella desviación que cogió equivocadamente, llegó a una casa de labor agrícola y ganadera, y en ella tuvo que preguntar para regresar a la carretera dirección La Coruña, No le iba a resultar tan fácil, ya que una vaca bastante grande le interceptaba el camino, y mirándole de frente sin moverse, le tuvo asustado durante varios minutos. Una vez en la carretera, un camión detrás de su coche, se plantó tocando la bocina, y metiéndose encima de la parte trasera del coche, le llevo asustado unos kilómetros, sin que el hombre pudiera ver la carretera, que parecía aflorar la niebla cada vez más. Las curvas rasantes y demás fatalidades del paisaje gallego, parecían ser la tumba de aquel hombre tranquilo, que intento volver pronto a su tierra, para evitar los fantasmas de esos lugares donde el miedo, te acompaña en algunas circunstancias, aquel hombre tuvo varios momentos de inquietud, las nieblas sobre las rías eran muy frecuentes, y el, un hombre sin estar acostumbrado a esos ratos de no poder ver ni el suelo donde pisas. Le parecía demasiado, estaba esperando su traslado, en cualquier momento. Como le fue concedido al cabo de unos meses. G X Cantalapiedra.
Aquella noche el miedo a la niebla era muy fuerte, la visibilidad era mínima y aquel hombre venido de La Castilla Profunda, se veía asustado ante tan fuerte niebla húmeda, el camino hacía su trabajo nocturno, en aquel mes de diciembre de 1975. Le parecía tortuoso, pero echándole mucho coraje y fuerza, consiguió llegar a Puentedeume, allí apenas se divisaba las casas y sus aceras, y teniendo que parar para limpiar los cristales de aquel coche SEAT. 600. Y poder divisar el lugar donde tenía su parada. La noche fue dura, apenas la niebla bajaba de intensidad, y al llegar la madrugada, al final de su jornada de trabajo, de nuevo volvió a su coche, para regresar al domicilio donde tenía su pensión, el camino fue fatal, sus ojos se empañaban de lágrimas, y termino perdiéndose, sin saber dónde estaba su destino, en aquella desviación que cogió equivocadamente, llegó a una casa de labor agrícola y ganadera, y en ella tuvo que preguntar para regresar a la carretera dirección La Coruña, No le iba a resultar tan fácil, ya que una vaca bastante grande le interceptaba el camino, y mirándole de frente sin moverse, le tuvo asustado durante varios minutos. Una vez en la carretera, un camión detrás de su coche, se plantó tocando la bocina, y metiéndose encima de la parte trasera del coche, le llevo asustado unos kilómetros, sin que el hombre pudiera ver la carretera, que parecía aflorar la niebla cada vez más. Las curvas rasantes y demás fatalidades del paisaje gallego, parecían ser la tumba de aquel hombre tranquilo, que intento volver pronto a su tierra, para evitar los fantasmas de esos lugares donde el miedo, te acompaña en algunas circunstancias, aquel hombre tuvo varios momentos de inquietud, las nieblas sobre las rías eran muy frecuentes, y el, un hombre sin estar acostumbrado a esos ratos de no poder ver ni el suelo donde pisas. Le parecía demasiado, estaba esperando su traslado, en cualquier momento. Como le fue concedido al cabo de unos meses. G X Cantalapiedra.