GALICIA TIENE TIEMPO APARTE
Está lloviendo en Galicia
sin parecer nunca raro,
la lluvia deja delicia
sin estar el cielo claro.
El verdor de las laderas
con sus árboles regados,
que derrochan primaveras
entre lamentos guardados.
Llueve con sus brisas frías
para remojar los campos,
de vez en cuando las rías
remueven risas y llantos.
Vienen las nubes ligeras
que descargan sin recato,
dicen que se ven austeras
frente a ese calor ingrato.
Preguntando van turistas
por ver si la lluvia es llanto,
o si son tan costumbristas
que mojan bastante rato.
Los caminos de Galicia
conocen lluvias a ratos,
algunos notan primicia
de ver minutos ingratos.
El arte le llaman lluvia
al ser su destino claro,
cuando una nube subía
el campo notaba amparo.
Llueve bien sobre los prados
que se vuelven relucientes,
muchos caminos andados
parecen ser penitentes.
Llueve por calles estrechas
donde se mojan tejados,
parecen cosas bien hechas
en estos tiempos templados.
G X Cantalapiedra.
Está lloviendo en Galicia
sin parecer nunca raro,
la lluvia deja delicia
sin estar el cielo claro.
El verdor de las laderas
con sus árboles regados,
que derrochan primaveras
entre lamentos guardados.
Llueve con sus brisas frías
para remojar los campos,
de vez en cuando las rías
remueven risas y llantos.
Vienen las nubes ligeras
que descargan sin recato,
dicen que se ven austeras
frente a ese calor ingrato.
Preguntando van turistas
por ver si la lluvia es llanto,
o si son tan costumbristas
que mojan bastante rato.
Los caminos de Galicia
conocen lluvias a ratos,
algunos notan primicia
de ver minutos ingratos.
El arte le llaman lluvia
al ser su destino claro,
cuando una nube subía
el campo notaba amparo.
Llueve bien sobre los prados
que se vuelven relucientes,
muchos caminos andados
parecen ser penitentes.
Llueve por calles estrechas
donde se mojan tejados,
parecen cosas bien hechas
en estos tiempos templados.
G X Cantalapiedra.