EL AÑO PERDIDO POR LA PANDEMIA
Aquel joven que soñaba con pisar Galicia por primera vez le hizo esperar, y solo el año 2021, se decidió visitar esa tierra tan preciosa, El año de la pandemia 2020, tenía pensado ir en la época de La Semana Santa, y conocer todo aquel ambiente de costa y tierra adentro, Pero fue imposible, las normas contra el COVID, fueron muy fuertes, y no se podía viajar así por las buenas, el año siguiente aún seguía la pandemia, más en verano se podía viajar sin demasiados problemas, El joven pensaba, hemos perdido un año de nuestra vida, y ya será imposible de recuperar, más tengo tantas ganas de visitar Galicia, que parece que voy aprovechar a tope todo lo que aguante mi cuerpo, Aquel joven venido de Madrid, con antepasados suyos de la Tierra gallega, le daban esa fuerza de poder andar sin agotarse, subir laderas y bajar hasta las costas donde las rías hacen paisajes preciosos. Pensaba de vez en cuando, como mis antepasados se marcharon de aquí siendo todo el contorno que he visto una joya de viejas culturas. Más nadie le contó en el lugar de su casa, las calamidades que pasaban en esas tierras donde la lluvia entonces era diaria. El tuvo la suerte de no ver apenas lluvia en sus quince días en Galicia. Por fin se acerco hasta el lugar donde eran sus abuelos, era un espacio todo hundido, no quedaba ninguna casa en pie, las hierbas salvajes se metían en el sendero de aquel lugar imposible de vivir ahora. Entendió sin que nadie le explicara nada, como se desarrollaba la vida en aquel sitio tan apartado de los Concellos grandes, allí llamados también parroquias. El joven aquel se sintió un poco desengañado, y empezó a pensar que sus abuelos hicieron lo mejor que se podía hacer entonces. Que era ser un emigrante donde pudiera tener dignidad de vida, y sacar a su familia adelante, como así habían hecho. A los quince días el joven aquel volvía para Madrid, con los ojos llenos de lágrimas, el recuerdo de tantos lugares que le encantaron, y la sombra de aquella aldea casi desparecida de Lugo. Que ya tendría en su memoria para siempre. Las verdades nos marcan en la vida, pero a veces aclaran nuestra forma de actuar en ciertos momentos.
G X Cantalapiedra.
Aquel joven que soñaba con pisar Galicia por primera vez le hizo esperar, y solo el año 2021, se decidió visitar esa tierra tan preciosa, El año de la pandemia 2020, tenía pensado ir en la época de La Semana Santa, y conocer todo aquel ambiente de costa y tierra adentro, Pero fue imposible, las normas contra el COVID, fueron muy fuertes, y no se podía viajar así por las buenas, el año siguiente aún seguía la pandemia, más en verano se podía viajar sin demasiados problemas, El joven pensaba, hemos perdido un año de nuestra vida, y ya será imposible de recuperar, más tengo tantas ganas de visitar Galicia, que parece que voy aprovechar a tope todo lo que aguante mi cuerpo, Aquel joven venido de Madrid, con antepasados suyos de la Tierra gallega, le daban esa fuerza de poder andar sin agotarse, subir laderas y bajar hasta las costas donde las rías hacen paisajes preciosos. Pensaba de vez en cuando, como mis antepasados se marcharon de aquí siendo todo el contorno que he visto una joya de viejas culturas. Más nadie le contó en el lugar de su casa, las calamidades que pasaban en esas tierras donde la lluvia entonces era diaria. El tuvo la suerte de no ver apenas lluvia en sus quince días en Galicia. Por fin se acerco hasta el lugar donde eran sus abuelos, era un espacio todo hundido, no quedaba ninguna casa en pie, las hierbas salvajes se metían en el sendero de aquel lugar imposible de vivir ahora. Entendió sin que nadie le explicara nada, como se desarrollaba la vida en aquel sitio tan apartado de los Concellos grandes, allí llamados también parroquias. El joven aquel se sintió un poco desengañado, y empezó a pensar que sus abuelos hicieron lo mejor que se podía hacer entonces. Que era ser un emigrante donde pudiera tener dignidad de vida, y sacar a su familia adelante, como así habían hecho. A los quince días el joven aquel volvía para Madrid, con los ojos llenos de lágrimas, el recuerdo de tantos lugares que le encantaron, y la sombra de aquella aldea casi desparecida de Lugo. Que ya tendría en su memoria para siempre. Las verdades nos marcan en la vida, pero a veces aclaran nuestra forma de actuar en ciertos momentos.
G X Cantalapiedra.