PONTEDEUME: AQUEL GALLEGO AVARIENTO...

AQUEL GALLEGO AVARIENTO
Aquel hombre venido de Galicia, desde su juventud intento hacerse rico, y en una ciudad grande de España, inicio su andadura, en un pequeño comercio de alimentación, que terminaría siendo un centro de comestibles, su modo de recibir mercancías era particular, en el almacén que el dirigía, tenía dos basculas, una para comprar y otra para vender, ya que vendía al por mayor, a gente de hostales, hoteles y pensiones, sus métodos eran siempre de llevarse lo más posible de dinero de su negocio, el sueldo a sus empleados era de lo más bajo posible, y así y todo cambiaba a menudo de dependientes, Cuando algún empleado de otra empresa le llevaba mercancía, le revisaba hasta lo más mínimo, haciéndole perder tiempo a tope, y poniendo siempre pegas, incluso exigía que le bajaran los productos del consumo diario, y a veces los devolvía por parecerle muy caros. Este hombre tenía fama de avariento, no le parecía normal lo que ganaba en su negocio, y siempre estaba dispuesto a ganar más incluso sin pagar a los proveedores. Un día un joven que le suministraba jamones, tuvo con aquel hombre gallego una discusión, y termino llevándose los jamones a su furgoneta, al ver que aquella bascula que este hombre usaba para comprar tenía truco, y le robaba cerca de medio kilo por jamón, El joven le quiso hacer los cargos, pero el hombre gallego cerrado en sus inventos, no le valían las razones, del joven vendedor, termino aquel joven llamándole ladrón, avariento, tacaño, miserable, rata de alcantarilla, y otras lindezas que no quiero sacar a relucir, El hombre gallego decía, lo que tu digas, pero yo tengo dinero para aburrir, y tus críticas no me sirven para nada, eres un irresponsable, y depende que tu jefe te crea, ya que le voy a llamar para afearle tu conducta de sabiendo.
Aquel gallego murió siendo el más rico del cementerio, pero el hombre con menos dignidad de su entorno, Nadie puede dar ejemplo si su forma de ganar dinero es robando a sus clientes y proveedores. Siendo conocido en todos los entornos de tiendas de alimentación, de aquella ciudad por sus malas artes.
G X Cantalapiedra.