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GALLEGOS DE LLUVIA Y CALMA
Sentir la lluvia en el alma
que predicen los gallegos,
es no pedir esa calma
ni vivir lanzando ruegos.
Nos dijo Miguel Hernández
en sus tan preciados versos,
que pueden ser formidables
hasta los mismos suspensos.
Gallegos de lluvia y calma
hombres luchando en el tiempo,
que su trabajo les llama
aunque sople nuevo viento.
Gallegos que van mimando
sus sueños aventureros,
las rías siguen marcando
los caminos altaneros.
Estas tierras encantadas
cargadas con ciertos sueños,
dicen que siguen labradas
sin preguntar por sus dueños.
Nos hablan de la nostalgia
entre vientos lastimeros,
y vemos que existe magia
por diferentes senderos.
Gallegos que son amantes
sin evocar los dineros,
notas que ciertos instantes
no pueden ser trafulleros.
Hay metáforas negadas
que corren buscando acierto,
sus sombras son marginadas
aunque suspire algún muerto.
Gallegos de lluvia y calma
siguen pisando sus puertos,
más el tiempo les aclama
al tener muchos aciertos.
G X Cantalapiedra.
Sentir la lluvia en el alma
que predicen los gallegos,
es no pedir esa calma
ni vivir lanzando ruegos.
Nos dijo Miguel Hernández
en sus tan preciados versos,
que pueden ser formidables
hasta los mismos suspensos.
Gallegos de lluvia y calma
hombres luchando en el tiempo,
que su trabajo les llama
aunque sople nuevo viento.
Gallegos que van mimando
sus sueños aventureros,
las rías siguen marcando
los caminos altaneros.
Estas tierras encantadas
cargadas con ciertos sueños,
dicen que siguen labradas
sin preguntar por sus dueños.
Nos hablan de la nostalgia
entre vientos lastimeros,
y vemos que existe magia
por diferentes senderos.
Gallegos que son amantes
sin evocar los dineros,
notas que ciertos instantes
no pueden ser trafulleros.
Hay metáforas negadas
que corren buscando acierto,
sus sombras son marginadas
aunque suspire algún muerto.
Gallegos de lluvia y calma
siguen pisando sus puertos,
más el tiempo les aclama
al tener muchos aciertos.
G X Cantalapiedra.