TENÍA QUE PISAR GALICIA
Eran tiempos de el final de la época franquista, las carreteras en Galicia eran peligrosas y con muchos rasantes y curvas, Más aquel joven matrimonio con su SEAT 600, D, recorrió parte de la Galicia más conocida, El joven marido tuvo en su infancia un maestro que era natural de Santiago de Compostela, Galicia, y en sus clases de vez en cuando salía a relucir esa tierra de marineros y hombres aventureros. Este matrimonio recorrió ciudades como Orense, Pontevedra, La Coruña, Vigo, Ferrol, y Santiago, donde pasearon entre la lluvia de aquel mes de mayo, por el centro de esa ciudad gallega, visitando su catedral, hubo pueblos como Puenteareas, Puentedeume, Bayona, La Toja y el Grove, Sada, Ribadeo Cedeira, que fueron lugares llenos de recuerdos, donde su maquina de fotos grabaron momentos para tener en la mente sin olvido. Galicia les brindo la lluvia casi diaria, eran finales de mayo, los regatos y ríos pequeños, eran afluentes de otros ríos más caudalosos, donde corrían las aguas con prisa, para hacer el recorrido hacía el mar o el Atlántico. Fueron días de gozar de un verdor imposible de olvidar, de esperar que las meigas les salieran a su paso, más todo aquel mundo de fantasía fue superado por la realidad del paisaje, Por el buen trato recibido en todo el recorrido de aquellos quince días pasados por esa tierra, Pudiendo visitar Padrón, lugar donde vivió Rosalía de Castro, y poder disfrutar de aquel ambiente de morriña y nostalgia, Aquel hombre joven veía de vez en cuando algún paisaje que le recordaba a su maestro de la infancia, Con frases que le eran muy familiares. Y que de vez en cuando soltaba en conversaciones en restaurantes y gasolineras, Era una Galicia empezando a conocer el turismo de cerca, A ser esa tierra de misterios y sensaciones de la cultura CELTA. Su camino fue seguir hacía ASTURIAS, donde el joven marido tenía amigos de su infancia, y del servicio militar, que les visito, con la esperada sorpresa, Más ya nunca olvidarían a la tierra de Rosalía de Castro. Sus paisajes y leyendas, y tradiciones que les enseñaron la forma de vivir del pueblo gallego.
G X Cantalapiedra.
Eran tiempos de el final de la época franquista, las carreteras en Galicia eran peligrosas y con muchos rasantes y curvas, Más aquel joven matrimonio con su SEAT 600, D, recorrió parte de la Galicia más conocida, El joven marido tuvo en su infancia un maestro que era natural de Santiago de Compostela, Galicia, y en sus clases de vez en cuando salía a relucir esa tierra de marineros y hombres aventureros. Este matrimonio recorrió ciudades como Orense, Pontevedra, La Coruña, Vigo, Ferrol, y Santiago, donde pasearon entre la lluvia de aquel mes de mayo, por el centro de esa ciudad gallega, visitando su catedral, hubo pueblos como Puenteareas, Puentedeume, Bayona, La Toja y el Grove, Sada, Ribadeo Cedeira, que fueron lugares llenos de recuerdos, donde su maquina de fotos grabaron momentos para tener en la mente sin olvido. Galicia les brindo la lluvia casi diaria, eran finales de mayo, los regatos y ríos pequeños, eran afluentes de otros ríos más caudalosos, donde corrían las aguas con prisa, para hacer el recorrido hacía el mar o el Atlántico. Fueron días de gozar de un verdor imposible de olvidar, de esperar que las meigas les salieran a su paso, más todo aquel mundo de fantasía fue superado por la realidad del paisaje, Por el buen trato recibido en todo el recorrido de aquellos quince días pasados por esa tierra, Pudiendo visitar Padrón, lugar donde vivió Rosalía de Castro, y poder disfrutar de aquel ambiente de morriña y nostalgia, Aquel hombre joven veía de vez en cuando algún paisaje que le recordaba a su maestro de la infancia, Con frases que le eran muy familiares. Y que de vez en cuando soltaba en conversaciones en restaurantes y gasolineras, Era una Galicia empezando a conocer el turismo de cerca, A ser esa tierra de misterios y sensaciones de la cultura CELTA. Su camino fue seguir hacía ASTURIAS, donde el joven marido tenía amigos de su infancia, y del servicio militar, que les visito, con la esperada sorpresa, Más ya nunca olvidarían a la tierra de Rosalía de Castro. Sus paisajes y leyendas, y tradiciones que les enseñaron la forma de vivir del pueblo gallego.
G X Cantalapiedra.