HACE AHORA MÁS DE CUARENTA Y CINCO AÑOS
Eran tiempos donde las carreteras españolas empezaban a mejorar, y aquel camionero circulaba camino de La Coruña, en aquel mes de enero, que empezaba a ser un tiempo de nevadas bastantes grandes, y entrando en la provincia de León la nieve aparecía sobre el paisaje de esa tierra de color rojiza, La noche se venía acercando, y aquel camionero acostumbrado a distintos climas, ya que transportaba desde Galicia pescado hasta Madrid ciudad. con el camión sin apenas carga, su velocidad era de unos cien kilómetros hora, y aquel temporal de nieve le hizo aflojar, ya que la carretera se ponía bastante resbaladiza, pero el temor de llegar tarde a su cita en La Coruña con su familia, le ponía nervioso. Pasando el Puerto del Manzanal en su bajada, tuvo momentos donde se jugaba el camión y su cuerpo, al estar el suelo nevado, y el limpia parabrisas no daba tiempo para eliminar la nieve que parecía congelarse sobre el cristal. Continuo su camino ya con la noche oscureciendo aquel ambiente invernal a fondo, De vez en cuando aquel hombre curtido en las carreteras, con camiones siempre cargados de mercancías, le parecía que se jugaba la vida en aquella noche heladora y con la nieve cubriendo la carretera que conduce a Galicia, El peligro aumento al llegar a Piedrafita del Cebreiro, aquella subida el camión no bajo de 50, kilómetros hora, y la bajada hacia el norte se volvía más peligrosa, las ruedas del camión rechinaban sobre la nieve que cubría el asfalto, el camionero sin temer un accidente, continuo con poca luz en sus faros, y con la nieve subiendo de espesor. El valor y la confianza eran su verdadera compañía, y sobre su mente flotaba un sueño que hacía tiempo le rondo durante tres veces, y que era su final en esta vida, el hombre aquel sin querer pensar en aquel sueño, continuo su camino, unas veces con menos nieve y otras cubierto todo el asfalto. Por fin llegando cerca de Lugo, la nevada se paro un poco, y la carretera tenía diferentes corros sin nieve, el camión tardo como hora y tres cuartos más que otras veces, cuando se acercaba hacia La Coruña, la nieve se iba deshaciendo, y el camionero respiraba mucho más tranquilo, dejando en el olvido aquel sueño que tres noches le atormentaron, el hombre pensó, los sueños solo son avisos que te quieren meter miedo, pero más te vale tenerlos en cuenta. G X Cantalapiedra.
Eran tiempos donde las carreteras españolas empezaban a mejorar, y aquel camionero circulaba camino de La Coruña, en aquel mes de enero, que empezaba a ser un tiempo de nevadas bastantes grandes, y entrando en la provincia de León la nieve aparecía sobre el paisaje de esa tierra de color rojiza, La noche se venía acercando, y aquel camionero acostumbrado a distintos climas, ya que transportaba desde Galicia pescado hasta Madrid ciudad. con el camión sin apenas carga, su velocidad era de unos cien kilómetros hora, y aquel temporal de nieve le hizo aflojar, ya que la carretera se ponía bastante resbaladiza, pero el temor de llegar tarde a su cita en La Coruña con su familia, le ponía nervioso. Pasando el Puerto del Manzanal en su bajada, tuvo momentos donde se jugaba el camión y su cuerpo, al estar el suelo nevado, y el limpia parabrisas no daba tiempo para eliminar la nieve que parecía congelarse sobre el cristal. Continuo su camino ya con la noche oscureciendo aquel ambiente invernal a fondo, De vez en cuando aquel hombre curtido en las carreteras, con camiones siempre cargados de mercancías, le parecía que se jugaba la vida en aquella noche heladora y con la nieve cubriendo la carretera que conduce a Galicia, El peligro aumento al llegar a Piedrafita del Cebreiro, aquella subida el camión no bajo de 50, kilómetros hora, y la bajada hacia el norte se volvía más peligrosa, las ruedas del camión rechinaban sobre la nieve que cubría el asfalto, el camionero sin temer un accidente, continuo con poca luz en sus faros, y con la nieve subiendo de espesor. El valor y la confianza eran su verdadera compañía, y sobre su mente flotaba un sueño que hacía tiempo le rondo durante tres veces, y que era su final en esta vida, el hombre aquel sin querer pensar en aquel sueño, continuo su camino, unas veces con menos nieve y otras cubierto todo el asfalto. Por fin llegando cerca de Lugo, la nevada se paro un poco, y la carretera tenía diferentes corros sin nieve, el camión tardo como hora y tres cuartos más que otras veces, cuando se acercaba hacia La Coruña, la nieve se iba deshaciendo, y el camionero respiraba mucho más tranquilo, dejando en el olvido aquel sueño que tres noches le atormentaron, el hombre pensó, los sueños solo son avisos que te quieren meter miedo, pero más te vale tenerlos en cuenta. G X Cantalapiedra.