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PONTEDEUME: CUANDO EL VIENTO VA DAÑANDO...

CUANDO EL VIENTO VA DAÑANDO
Una mañana de invierno cuando se notan los fríos, el viento se vuelve eterno y sufres escalofríos. Vas por caminos gallegos, entre curvas y delirios, y no precisas de ruegos ni piensas en los martirios. El viento corre con fuerza, vas pensando en los suplicios, parece que hasta se esfuerza y ves que pueden ser vicios. Vientos que corren las costas, vientos que dejan suspiros, en esas tierras angostas los vientos pegan sus giros. Galicia sigue marcando esos tiempos mal venidos, que pudieran ir dañando a los pueblos deprimidos. Corren ráfagas del viento y tiemblan los eucaliptos, el monte ve sufrimiento y viene escuchando gritos. Es la Galicia de siempre, con sus tiempos tan temidos, el viento rompe aliciente y deja pueblos heridos. Cuando el viento va dañando a las piedras del camino, parece que vas notando mucho triste desatino. Caminos que son historia, recuerdos siempre vividos, la vida se vuelve noria entre sueños deprimidos. La lluvia vino corriendo, de nuevo fluyendo el río, el paisaje va sintiendo ese tiempo tan querido. Llueve y el cielo cubierto, la lluvia marca el camino, no existe campo desierto ni la cruz del desatino. Galicia nos va enseñando como es ser buen peregrino, las mañanas van dejando el querer hilar más fino. Cruzar rías y praderas, sentir el cielo infinito, soñar con las primaveras viendo su campo bonito. No debes tenerle miedo a ese viento tan temido, la tierra tiene su enredo y te quiere convencido. Pasar por muchos senderos, caminar por mil caminos, ver tus pasos pasajeros sin buscar los adivinos. G X Cantalapiedra.