AQUEL HOMBRE VENIDO DEL SUR
En aquel lugar de Galicia, llegó una persona sin decir de dónde venía, ni que es el trabajo que allí tenía, enseguida la gente de allí se trataba de enterar de cuál era su forma de vida, Ya que sus caprichos eran caros, su manera de viajar eran muy constantes, y no se privaba de nada, Pronto levanto alguna sospecha, al ver que no tenia ningún trabajo, estando en un hostal de medio pelo, digamos de los que parecen regulares, El hombre aquel no paraba en ningún sitio fijo, al atardecer de cada día se paseaba por las orillas de la Ria de Ume, donde bastante gente se daba su paseo, incluso con cochecitos de niños. Este hombre empezó teniendo confianza con una vecina del hostal, que pronto la joven al estar soltera la agradaba darse paseos con este hombre. Más la joven enseguida se dio cuenta de su forma de vivir, nunca hablaba de su pasado, ni comentaba nada de su familia, incluso parecía que tenia dos nombres, la joven intentaba arrancarle quien era en realidad, pero jamás el hombre la complacía, incluso viajando en el coche del hombre, les pararon en un control de carretera, y no les pidieron la documentación, cosa que a la joven la hubiera agradado, el hombre aquel parecía tranquilo, aunque por dentro algo guardaba que le tenía un poco asustado. Su manera de guardar secretos eran puro mutismo, y su manera de comportarse parecía imprevisible. Hasta que un buen día alguien le reconoció, y enseguida aviso a la policía de desfalcos, el hombre aquel parecía que se había dado cuenta del hombre que le había reconocido, y sin despedirse de la joven, en su coche se marchó al momento sin decir nada a nadie, cuando la policía intento detenerle, su coche con el dentro estaba lejos, incluso de esa tierra preciosa, Nunca más supieron de él, pero según comentaban pasados unos días, era un hombre que aprovecho su puesto en una empresa, y dio un desfalco de mucho dinero, que se llevo en su coche para que nadie supiera donde estaba viviendo. Aquella noche la joven pensaba, por qué se habrá marchado sin decir ni adiós, se ve que no era persona de fiar. Estaré mucho mejor sin volverle a ver. Como así fue. G X Cantalapiedra.
En aquel lugar de Galicia, llegó una persona sin decir de dónde venía, ni que es el trabajo que allí tenía, enseguida la gente de allí se trataba de enterar de cuál era su forma de vida, Ya que sus caprichos eran caros, su manera de viajar eran muy constantes, y no se privaba de nada, Pronto levanto alguna sospecha, al ver que no tenia ningún trabajo, estando en un hostal de medio pelo, digamos de los que parecen regulares, El hombre aquel no paraba en ningún sitio fijo, al atardecer de cada día se paseaba por las orillas de la Ria de Ume, donde bastante gente se daba su paseo, incluso con cochecitos de niños. Este hombre empezó teniendo confianza con una vecina del hostal, que pronto la joven al estar soltera la agradaba darse paseos con este hombre. Más la joven enseguida se dio cuenta de su forma de vivir, nunca hablaba de su pasado, ni comentaba nada de su familia, incluso parecía que tenia dos nombres, la joven intentaba arrancarle quien era en realidad, pero jamás el hombre la complacía, incluso viajando en el coche del hombre, les pararon en un control de carretera, y no les pidieron la documentación, cosa que a la joven la hubiera agradado, el hombre aquel parecía tranquilo, aunque por dentro algo guardaba que le tenía un poco asustado. Su manera de guardar secretos eran puro mutismo, y su manera de comportarse parecía imprevisible. Hasta que un buen día alguien le reconoció, y enseguida aviso a la policía de desfalcos, el hombre aquel parecía que se había dado cuenta del hombre que le había reconocido, y sin despedirse de la joven, en su coche se marchó al momento sin decir nada a nadie, cuando la policía intento detenerle, su coche con el dentro estaba lejos, incluso de esa tierra preciosa, Nunca más supieron de él, pero según comentaban pasados unos días, era un hombre que aprovecho su puesto en una empresa, y dio un desfalco de mucho dinero, que se llevo en su coche para que nadie supiera donde estaba viviendo. Aquella noche la joven pensaba, por qué se habrá marchado sin decir ni adiós, se ve que no era persona de fiar. Estaré mucho mejor sin volverle a ver. Como así fue. G X Cantalapiedra.