HACE AHORA MÁS DE DOSCIENTOS AÑOS
En aquellos años de penumbras y en las aldeas gallegas sin mucho futuro, muchas personas buscaron el camino del mar, para hacer sus Américas, a la vez se vivían situaciones de meigas o brujerías, que cuando algo del exterior de nuestro planeta aterrizaba en Galicia, lo llamaban brujería. Y esto parecía ser sobre el camino que unía La Coruña con Ferrol. Parece ser que un ovni entonces no tenía ningún nombre, tan solo un artefacto con luces potentes, que deslumbraban a las personas que estaban cerca del ovni. Aquella noche casi de madrugada, unos pescadores con su pollino se acercaban a sus rías, para iniciar su trabajo de pesca, que era el sustento de las familias que vivían mirando y trabajando en el mar. Vieron de cerca salir disparado hacía el cielo, dicho artefacto, y se quedaron pensando cómo podía estar en el suelo, y salir tan rápido camino de las estrellas. Los dos marineros tuvieron sus disputas, el pollino andaba un poco asustado, y en el aire se notaba un olor a azufre quemado que te echaba para atrás, Los dos gallegos siguieron discutiendo sin ponerse en nada de acuerdo, eso sí el burro o pollino estaba un poco desconcertado, al ver aquel artefacto que pudiera salir del suelo en menos que canta un gallo. Aquel hecho parece que se ocultó, nadie parecía dar crédito de que fuera realidad, tan solo un ganadero de aquella finca comentó, mi verde estaba chamuscado o quemado, pero el verde de al lado estaba intacto, y sus vacas no llegaban a pisar aquel trozo de terreno donde parece ser que estuvo fijado el artefacto, el ganadero no quiso ni hablar más del tema, pudieran tratarle como un maniático loco, ya que entonces no existían los medios de comunicación actuales, y lo mejor era no dar oídos a sordos, ya que la brujería o las meigas estaban muy mal vistas. En todo Galicia, G X Cantalapiedra.
En aquellos años de penumbras y en las aldeas gallegas sin mucho futuro, muchas personas buscaron el camino del mar, para hacer sus Américas, a la vez se vivían situaciones de meigas o brujerías, que cuando algo del exterior de nuestro planeta aterrizaba en Galicia, lo llamaban brujería. Y esto parecía ser sobre el camino que unía La Coruña con Ferrol. Parece ser que un ovni entonces no tenía ningún nombre, tan solo un artefacto con luces potentes, que deslumbraban a las personas que estaban cerca del ovni. Aquella noche casi de madrugada, unos pescadores con su pollino se acercaban a sus rías, para iniciar su trabajo de pesca, que era el sustento de las familias que vivían mirando y trabajando en el mar. Vieron de cerca salir disparado hacía el cielo, dicho artefacto, y se quedaron pensando cómo podía estar en el suelo, y salir tan rápido camino de las estrellas. Los dos marineros tuvieron sus disputas, el pollino andaba un poco asustado, y en el aire se notaba un olor a azufre quemado que te echaba para atrás, Los dos gallegos siguieron discutiendo sin ponerse en nada de acuerdo, eso sí el burro o pollino estaba un poco desconcertado, al ver aquel artefacto que pudiera salir del suelo en menos que canta un gallo. Aquel hecho parece que se ocultó, nadie parecía dar crédito de que fuera realidad, tan solo un ganadero de aquella finca comentó, mi verde estaba chamuscado o quemado, pero el verde de al lado estaba intacto, y sus vacas no llegaban a pisar aquel trozo de terreno donde parece ser que estuvo fijado el artefacto, el ganadero no quiso ni hablar más del tema, pudieran tratarle como un maniático loco, ya que entonces no existían los medios de comunicación actuales, y lo mejor era no dar oídos a sordos, ya que la brujería o las meigas estaban muy mal vistas. En todo Galicia, G X Cantalapiedra.