VINIENDO DE LA CORUÑA A PUENTEDEUME
Eran las tres y media de la madrugada, de un día del mes de agosto de 2017, circulaba aquel coche Octavia SKODA. Por la antigua carretera nacional de La Coruña a Ferrol, y parece que aquel coche le salió un imprevisto, como si fuera un muñeco Michelin hinchado a tope, que ocupaba parte de la calzada de circulación, donde este coche fue frenando, al ver tan serio problema, más parece que el diablo estaba jugando con los automóviles, y al ver frenar casi en seco, el muñeco desapareció de la calzada. Dejando la vía limpia, y el conductor un poco desangelado, ya que le habían hablado de las nieblas de Puentedeume, de las meigas que en esas horas salen de su cobijo, y de otras cantidades de sorpresas que puedes hallar en Galicia, Todo parecía normal, hasta que un perro callejero, se cruzó delante del automóvil, rozándole el paragolpes delantero, y saliendo el perro ladrando como alma que lleva el diablo. Todo lo que el coche paso hasta llegar a su urbanización, dicen que es normal, que Galicia tiene sus sorpresas y su raros paisajes nocturnos. Donde las nieblas se funden con el verdor, y el asfalto se pone húmedo y brillante, es la Galicia de siempre, con sus meigas y fantasmas, con sus Santas Compañas, donde el pasado y el presente se funden en equivocaciones, y lamentaciones, Las carreteras comarcales tienen sus misterios y enredos, sus paisajes y paisanajes, sin dudar a veces dan encanto a los caminos del diablo, que nos pudieran hacer pensar. G X Cantalapiedra.
Eran las tres y media de la madrugada, de un día del mes de agosto de 2017, circulaba aquel coche Octavia SKODA. Por la antigua carretera nacional de La Coruña a Ferrol, y parece que aquel coche le salió un imprevisto, como si fuera un muñeco Michelin hinchado a tope, que ocupaba parte de la calzada de circulación, donde este coche fue frenando, al ver tan serio problema, más parece que el diablo estaba jugando con los automóviles, y al ver frenar casi en seco, el muñeco desapareció de la calzada. Dejando la vía limpia, y el conductor un poco desangelado, ya que le habían hablado de las nieblas de Puentedeume, de las meigas que en esas horas salen de su cobijo, y de otras cantidades de sorpresas que puedes hallar en Galicia, Todo parecía normal, hasta que un perro callejero, se cruzó delante del automóvil, rozándole el paragolpes delantero, y saliendo el perro ladrando como alma que lleva el diablo. Todo lo que el coche paso hasta llegar a su urbanización, dicen que es normal, que Galicia tiene sus sorpresas y su raros paisajes nocturnos. Donde las nieblas se funden con el verdor, y el asfalto se pone húmedo y brillante, es la Galicia de siempre, con sus meigas y fantasmas, con sus Santas Compañas, donde el pasado y el presente se funden en equivocaciones, y lamentaciones, Las carreteras comarcales tienen sus misterios y enredos, sus paisajes y paisanajes, sin dudar a veces dan encanto a los caminos del diablo, que nos pudieran hacer pensar. G X Cantalapiedra.