GALLEGOS DE LLUVIA Y CALMA
Hay versos que van volando
por los caminos del mundo,
con ecos que están dejando
algún sentimiento absurdo.
Gallegos de lluvia y calma
que caminan entre brisas,
donde el viento les reclama
gozar de algunas sonrisas.
Por La Galicia sencilla
con sus costas admiradas,
se vive la maravilla
de sus tardes encantadas.
La calma sobre sus montes
con vientos en sus montañas,
hay rías que son resortes
que tienen fuerzas extrañas.
Vientos del pueblo nos gritan
por los caminos de España,
donde las mentes se agitan
sin ver que nadie te engaña.
Gallegos de lluvia lenta,
sobre campos de esperanza,
en cualquier tierra se inventa
una temida balanza.
Vientos del pueblo nos llegan,
habrá sueños y alabanzas,
donde los campos se riegan
y son buenas las labranzas.
Cuando los versos se crecen
entre gritos de templanza,
muchos poetas prevalecen
con su tan preciada danza.
G X Cantalapiedra, A la memoria
de Miguel Hernández Gilabert.
Hay versos que van volando
por los caminos del mundo,
con ecos que están dejando
algún sentimiento absurdo.
Gallegos de lluvia y calma
que caminan entre brisas,
donde el viento les reclama
gozar de algunas sonrisas.
Por La Galicia sencilla
con sus costas admiradas,
se vive la maravilla
de sus tardes encantadas.
La calma sobre sus montes
con vientos en sus montañas,
hay rías que son resortes
que tienen fuerzas extrañas.
Vientos del pueblo nos gritan
por los caminos de España,
donde las mentes se agitan
sin ver que nadie te engaña.
Gallegos de lluvia lenta,
sobre campos de esperanza,
en cualquier tierra se inventa
una temida balanza.
Vientos del pueblo nos llegan,
habrá sueños y alabanzas,
donde los campos se riegan
y son buenas las labranzas.
Cuando los versos se crecen
entre gritos de templanza,
muchos poetas prevalecen
con su tan preciada danza.
G X Cantalapiedra, A la memoria
de Miguel Hernández Gilabert.