CUANDO ELIGES A GALICIA
Cuando intentas empezar soñando con nueva vida, vas en Galicia pensando como la tierra elegida. Futuro con tradiciones para seguir adelante, existen las sensaciones del amor siempre arrogante. Puedes notar el paisaje que te deja impresionado, a veces es un anclaje que quiere verte encantado. Tu mente sigue esperando que las montañas las cruces, que el amor siga brillando sin precisar muchas luces. Eliges seguir tu vida por caminos diferentes, no quieres ruta perdida ni perderte entre las gentes. Abrazando ciertas rías que llevaras en el alma, y que algunas noches frías quizá te regalen calma. Cuando eliges a Galicia sin entender el gallego, ves el mañana delicia sin soñar con algún ruego. Entre las verdes laderas, y los regatos con agua, veras verdes primaveras sin pensar en nueva fragua. En esa tierra gallega donde creció Rosalía, parece que no se pliega nunca su melancolía. El aire va acariciando a sus muchos moradores, las rías vienen dejando trabajos con sus sudores. Pisar puentes y regatos, para sentir esta tierra, con muchos momentos gratos y el misterio que ello encierra. Cuando comprendas al viento sobre grandes arboledas, temerás que el sufrimiento no necesita escaleras. Galicia tiene lugares que parecen suave seda, con morriña en sus cantares en el paisaje te enreda. El mañana vive tenso en sus costas marineras, en aquel trabajo intenso hay gentes aventureras. Quiero vivir en Galicia sin notar sus sensaciones, la noche te da primicia sin anular tus razones. Caminar con paso lento por sus costas tan preciosas, y no querer sufrimiento ni buscar bonitas rosas. “gallegos de lluvia y calma” con su corazón gritando, algunos notan el alma si se van enamorando. Entre las sombras gallegas alguien llegó repicando, dicen que los vientos pliegan con daños que van dejando. G X Cantalapiedra.
Cuando intentas empezar soñando con nueva vida, vas en Galicia pensando como la tierra elegida. Futuro con tradiciones para seguir adelante, existen las sensaciones del amor siempre arrogante. Puedes notar el paisaje que te deja impresionado, a veces es un anclaje que quiere verte encantado. Tu mente sigue esperando que las montañas las cruces, que el amor siga brillando sin precisar muchas luces. Eliges seguir tu vida por caminos diferentes, no quieres ruta perdida ni perderte entre las gentes. Abrazando ciertas rías que llevaras en el alma, y que algunas noches frías quizá te regalen calma. Cuando eliges a Galicia sin entender el gallego, ves el mañana delicia sin soñar con algún ruego. Entre las verdes laderas, y los regatos con agua, veras verdes primaveras sin pensar en nueva fragua. En esa tierra gallega donde creció Rosalía, parece que no se pliega nunca su melancolía. El aire va acariciando a sus muchos moradores, las rías vienen dejando trabajos con sus sudores. Pisar puentes y regatos, para sentir esta tierra, con muchos momentos gratos y el misterio que ello encierra. Cuando comprendas al viento sobre grandes arboledas, temerás que el sufrimiento no necesita escaleras. Galicia tiene lugares que parecen suave seda, con morriña en sus cantares en el paisaje te enreda. El mañana vive tenso en sus costas marineras, en aquel trabajo intenso hay gentes aventureras. Quiero vivir en Galicia sin notar sus sensaciones, la noche te da primicia sin anular tus razones. Caminar con paso lento por sus costas tan preciosas, y no querer sufrimiento ni buscar bonitas rosas. “gallegos de lluvia y calma” con su corazón gritando, algunos notan el alma si se van enamorando. Entre las sombras gallegas alguien llegó repicando, dicen que los vientos pliegan con daños que van dejando. G X Cantalapiedra.