CUANDO LA MELANCOLIA AZOTA AL GALLEGO
Lejos de la Vieja Galicia, de esa tierra de costas embravecidas y eucaliptos gigantes, existen personas que dejaron esos territorios, para poder buscarse una vida más digna y cómoda, es posible que algunos gallegos desistan de sus viejas raíces, que no les quede más remedio que vivir donde pudieron abrirse camino, y llevar su vida lo mejor posible, aunque en ciertas fechas en su corazón palpita esa melancolía que los lleva a sentirse emigrantes donde quiera que estén. Es algo especial en esas personas que descienden de ahí, de vez en cuando sienten la voz de su tierra, el silbido del viento en la madrugada, los ecos de sus valles al llegar el nuevo día, y cuando están alejados en otros países, recuerdan con amor profundo toda su niñez o juventud, según cuando abandonaron Galicia, Es digno de oír hablar algún gallego que lleve varios años sin pisar su tierra, ver como la recuerdan, como parece que están viendo todo su entorno de juventud, Algunos o casi todos regresan, no para quedarse allí, si no para ver de cerca como Galicia a mejorado en todo, sus carreteras o autovías, que puedes desplazarte a cualquier parte de esa región con bastante rapidez, y viendo algún paisaje que ha podido cambiar con el paso de los años, Galicia sabe y reparte melancolía, que algunos lo llaman morriña o saudade, todo es normal en el gallego, que casi nunca reniega de su tierra, aunque tuviera que ser la suya una emigración forzosa. Cada vez que piso Galicia encuentro algo nuevo que me agrada, incluso el oír hablar de Rosalía de Castro, me parece interesante, ver como las personas que escribieron a esa tierra, se les puede hoy mismo leer sin ningún problema, La imagen de Rosalía es tan conocida que los niños cuando empiezan a leer, saben quien es esa mujer gallega que tanto defendió a su gente, dejando el listón muy alto. Hoy día “depende” de quien les eduque. G X Cantalapiedra.
Lejos de la Vieja Galicia, de esa tierra de costas embravecidas y eucaliptos gigantes, existen personas que dejaron esos territorios, para poder buscarse una vida más digna y cómoda, es posible que algunos gallegos desistan de sus viejas raíces, que no les quede más remedio que vivir donde pudieron abrirse camino, y llevar su vida lo mejor posible, aunque en ciertas fechas en su corazón palpita esa melancolía que los lleva a sentirse emigrantes donde quiera que estén. Es algo especial en esas personas que descienden de ahí, de vez en cuando sienten la voz de su tierra, el silbido del viento en la madrugada, los ecos de sus valles al llegar el nuevo día, y cuando están alejados en otros países, recuerdan con amor profundo toda su niñez o juventud, según cuando abandonaron Galicia, Es digno de oír hablar algún gallego que lleve varios años sin pisar su tierra, ver como la recuerdan, como parece que están viendo todo su entorno de juventud, Algunos o casi todos regresan, no para quedarse allí, si no para ver de cerca como Galicia a mejorado en todo, sus carreteras o autovías, que puedes desplazarte a cualquier parte de esa región con bastante rapidez, y viendo algún paisaje que ha podido cambiar con el paso de los años, Galicia sabe y reparte melancolía, que algunos lo llaman morriña o saudade, todo es normal en el gallego, que casi nunca reniega de su tierra, aunque tuviera que ser la suya una emigración forzosa. Cada vez que piso Galicia encuentro algo nuevo que me agrada, incluso el oír hablar de Rosalía de Castro, me parece interesante, ver como las personas que escribieron a esa tierra, se les puede hoy mismo leer sin ningún problema, La imagen de Rosalía es tan conocida que los niños cuando empiezan a leer, saben quien es esa mujer gallega que tanto defendió a su gente, dejando el listón muy alto. Hoy día “depende” de quien les eduque. G X Cantalapiedra.