NOCHE DE MEIGAS EN LA GALICIA PROFUNDA
Aquella noche de hace ahora dos siglos y pico, parece ser que las meigas quisieron salir de fiesta, No existía la luz eléctrica, y los faroles de luz de la noche eran pocos y desvalidos, parece ser que una meiga curandera que tenía más cosas en su cabeza que solo el curar enfermos, sobre todo de reuma, que era lo que más daba ese clima de Galicia, Las meigas todas vestidas de negro caminaron hasta la Cueva llamada de las Sombras, donde la noche empezó con un aquelarre de bebidas como si fuera orujo caliente, donde las meigas empezaron hacer sus labores de brujería fantástica, eran un grupo de meigas de unas veinte mujeres venidas de diferentes lugares, solo allí estaban dos hombres, uno que pudiera ser enano, y otro con su chepa que le hacía ser deforme, Una llama en medio de la Cueva de las Sombras, con olor a hierbas salvajes que te dejaban mareado, mientras el baile y el chismorreo se veía de cerca muy humano, a la vez se burlaban de las religiones que ellos no aceptaban, El ambiente aquella noche era un perfecto aquelarre, separadas de la localidad más próxima unos tres kilómetros, las hacia ser personas irreconocibles, la Cueva estaba alejada incluso más de quinientos metros del camino principal, que llevaba algún pazo metido entre las arboledas, Nadie podía suponer que esta fiesta se estaba celebrando, que sus rezos o refranes con aquel tipo de bebida eran prohibidos, y las autoridades con la inquisición a la cabeza, las habría mandado a la hoguera, sin reparar en su cultura que era ancestral, y curaban a muchas personas sin necesidad de gastarse ningún dinero. Luego de ahí viene “el de haberlas ailas”, aquella noche como otras noches distintas, se pasaban la cultura que había sido su presente en aquellos años, de unas meigas a otras, como el trato hacia ciertas personas era tortuoso, y si las autoridades se enteraban de dichos rasgos, les faltaba tiempo para encarcelarlas o meterlas en la hoguera, La cultura popular no siempre estuvo bien vista, y aun menos donde los caciques querían que las personas a su alrededor fueran analfabetas. Galicia fue una tierra donde siempre la cultura se transmitió de generación a generación, pero bajo cuerda, para no levantar sospechas, G X Cantalapiedra.
Aquella noche de hace ahora dos siglos y pico, parece ser que las meigas quisieron salir de fiesta, No existía la luz eléctrica, y los faroles de luz de la noche eran pocos y desvalidos, parece ser que una meiga curandera que tenía más cosas en su cabeza que solo el curar enfermos, sobre todo de reuma, que era lo que más daba ese clima de Galicia, Las meigas todas vestidas de negro caminaron hasta la Cueva llamada de las Sombras, donde la noche empezó con un aquelarre de bebidas como si fuera orujo caliente, donde las meigas empezaron hacer sus labores de brujería fantástica, eran un grupo de meigas de unas veinte mujeres venidas de diferentes lugares, solo allí estaban dos hombres, uno que pudiera ser enano, y otro con su chepa que le hacía ser deforme, Una llama en medio de la Cueva de las Sombras, con olor a hierbas salvajes que te dejaban mareado, mientras el baile y el chismorreo se veía de cerca muy humano, a la vez se burlaban de las religiones que ellos no aceptaban, El ambiente aquella noche era un perfecto aquelarre, separadas de la localidad más próxima unos tres kilómetros, las hacia ser personas irreconocibles, la Cueva estaba alejada incluso más de quinientos metros del camino principal, que llevaba algún pazo metido entre las arboledas, Nadie podía suponer que esta fiesta se estaba celebrando, que sus rezos o refranes con aquel tipo de bebida eran prohibidos, y las autoridades con la inquisición a la cabeza, las habría mandado a la hoguera, sin reparar en su cultura que era ancestral, y curaban a muchas personas sin necesidad de gastarse ningún dinero. Luego de ahí viene “el de haberlas ailas”, aquella noche como otras noches distintas, se pasaban la cultura que había sido su presente en aquellos años, de unas meigas a otras, como el trato hacia ciertas personas era tortuoso, y si las autoridades se enteraban de dichos rasgos, les faltaba tiempo para encarcelarlas o meterlas en la hoguera, La cultura popular no siempre estuvo bien vista, y aun menos donde los caciques querían que las personas a su alrededor fueran analfabetas. Galicia fue una tierra donde siempre la cultura se transmitió de generación a generación, pero bajo cuerda, para no levantar sospechas, G X Cantalapiedra.