EL MIEDO ES UN MAL COMPAÑERO
Aquel hombre representante de maquinaria industrial circulaba por carreteras de Galicia a las doce de la noche, era la época del inicio de la pandemia, y su destino era Ferrol, más las sombras de la noche le hicieron perderse de lugar, y no sabiendo donde se dirigía, determino quedarse a dormir en su coche, sin mucho deseo de hacerlo, pero así estaría libre de coger el COVID, la noche le parecía demasiado larga, de vez en cuando ponía su aparato de radio para escuchar noticias, que se repetían entre ruidos molestos de su receptor, la carretera que le desvió, era de mal asfalto, y señalización ninguna, por eso el hombre antes de meterse en un laberinto sin salida, intento dormir y luego con la luz del día salir de allí donde el destino le había llevado. Mas esa madrugada le fue imposible, determino no arrancar el coche, una vez se despertó con el miedo en la mente, viendo como los demonios se lo llevaban camino de una Ría y su puente, y el susto fue muy grande, el viento parecía que soplaba algo, e intento estar despierto, pero un sueño de esos que parecen que tienen vía libre, le dejaba medio agarrotado, por fin la mañana siguiente le dio camino o vía libre para seguir a su destino, Esa noche este hombre pensó en mil calamidades, en ver terminar su vida entre brujería, y otras veces en pensar que los caballos sueltos harían justicia, al llegar la madrugada pudo contemplar la salida del sol, y con ella darse cuenta de donde había terminado aquella noche, Galicia tiene carreteras comarcales que pueden ser ratoneras, lugares donde la despoblación es grande, y sus poblados se encuentran separado unos de otros, llegando a perderse con facilidad, sin poder encontrar fácil ayuda, Las meigas dicen que no existen pero que haberlas ailas. Y el miedo se multiplica en esos raros momentos. G X Cantalapiedra.
Aquel hombre representante de maquinaria industrial circulaba por carreteras de Galicia a las doce de la noche, era la época del inicio de la pandemia, y su destino era Ferrol, más las sombras de la noche le hicieron perderse de lugar, y no sabiendo donde se dirigía, determino quedarse a dormir en su coche, sin mucho deseo de hacerlo, pero así estaría libre de coger el COVID, la noche le parecía demasiado larga, de vez en cuando ponía su aparato de radio para escuchar noticias, que se repetían entre ruidos molestos de su receptor, la carretera que le desvió, era de mal asfalto, y señalización ninguna, por eso el hombre antes de meterse en un laberinto sin salida, intento dormir y luego con la luz del día salir de allí donde el destino le había llevado. Mas esa madrugada le fue imposible, determino no arrancar el coche, una vez se despertó con el miedo en la mente, viendo como los demonios se lo llevaban camino de una Ría y su puente, y el susto fue muy grande, el viento parecía que soplaba algo, e intento estar despierto, pero un sueño de esos que parecen que tienen vía libre, le dejaba medio agarrotado, por fin la mañana siguiente le dio camino o vía libre para seguir a su destino, Esa noche este hombre pensó en mil calamidades, en ver terminar su vida entre brujería, y otras veces en pensar que los caballos sueltos harían justicia, al llegar la madrugada pudo contemplar la salida del sol, y con ella darse cuenta de donde había terminado aquella noche, Galicia tiene carreteras comarcales que pueden ser ratoneras, lugares donde la despoblación es grande, y sus poblados se encuentran separado unos de otros, llegando a perderse con facilidad, sin poder encontrar fácil ayuda, Las meigas dicen que no existen pero que haberlas ailas. Y el miedo se multiplica en esos raros momentos. G X Cantalapiedra.