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POR EL PASEO DE ROSALIA DE CASTRO. PUENTEDEUME.
Era la hora de la metida del Sol, del mes de agosto, del año 2023. Aquella tarde el Sol se quería esconder sin dejar de brillar sobre las aguas de la Ria de Ume, las personas que caminaban por dicho paseo parecían no tener demasiada prisa, algún perro se imaginaba como era el mar, viendo aquella preciosa Ría. Que en esos momentos tenía en el agua su estela preciosa de luz del Sol, Al tiempo un perro podenco de cinco meses de edad se apoyaba sobre la barandilla de dicha Ría, para poder ver los patos que serenamente navegaban sin meter ruido ni dejar sensación de cansancio. Algunos paseantes se quedaban enamorados de la línea tan preciosa de dicho perro, sus orejas levantadas, su rabo tieso, y un andar de caballito andaluz que parecía en Galicia cosa rara. Alguien pregunto a sus dueños que raza tenía dicho perro, Es un podenco contesto su dueño, y se ve que el que pregunto sabía de perros, y comentó. “Este perro es cazador nato, se le nota su instinto al mirar a los patos en la Ría. Poco después el perro podenco y sus dueños descansaban tomando chocolate con buenos churros en la terraza de La Churrería El Puente, El podenco un poco nervioso al estar un perro algo mayor que el de estatura tumbado debajo de la mesa donde se tomaba un buen chocolate. La tranquilidad fue total, se ve que los churros y el chocolate son calmantes no solo para las personas, sino también para los perros, que pueden ser de distintas regiones, pero en los vicios todos se aproximan, El pasear por el Paseo de Rosalía de Castro a esas horas de la tarde, es una verdadera gozada. Sobre todo, por el frescor de la Ría. G X Cantalapiedra.
Era la hora de la metida del Sol, del mes de agosto, del año 2023. Aquella tarde el Sol se quería esconder sin dejar de brillar sobre las aguas de la Ria de Ume, las personas que caminaban por dicho paseo parecían no tener demasiada prisa, algún perro se imaginaba como era el mar, viendo aquella preciosa Ría. Que en esos momentos tenía en el agua su estela preciosa de luz del Sol, Al tiempo un perro podenco de cinco meses de edad se apoyaba sobre la barandilla de dicha Ría, para poder ver los patos que serenamente navegaban sin meter ruido ni dejar sensación de cansancio. Algunos paseantes se quedaban enamorados de la línea tan preciosa de dicho perro, sus orejas levantadas, su rabo tieso, y un andar de caballito andaluz que parecía en Galicia cosa rara. Alguien pregunto a sus dueños que raza tenía dicho perro, Es un podenco contesto su dueño, y se ve que el que pregunto sabía de perros, y comentó. “Este perro es cazador nato, se le nota su instinto al mirar a los patos en la Ría. Poco después el perro podenco y sus dueños descansaban tomando chocolate con buenos churros en la terraza de La Churrería El Puente, El podenco un poco nervioso al estar un perro algo mayor que el de estatura tumbado debajo de la mesa donde se tomaba un buen chocolate. La tranquilidad fue total, se ve que los churros y el chocolate son calmantes no solo para las personas, sino también para los perros, que pueden ser de distintas regiones, pero en los vicios todos se aproximan, El pasear por el Paseo de Rosalía de Castro a esas horas de la tarde, es una verdadera gozada. Sobre todo, por el frescor de la Ría. G X Cantalapiedra.