LA MORRIÑA, Y LA SAUDADE.
Cuando sientes a Galicia
no precisas voluntades,
de lejos ves la primicia
que te dan ciertas saudades.
Vives de cerca el paisaje
cargado de tradiciones,
con barcos que son anclaje
de queridas sensaciones.
La morriña se despierta
entre brisas naturales,
mientras que tu puerta abierta
vive sueños siderales.
La nostalgia sigue viva
por los caminos gallegos,
dicen que a veces se activa
sin precisar de los ruegos.
Esa saudade marcando
el verdor de los caminos,
es algo que va alcanzando
a los más sentidos signos.
Hay corazones sufriendo
entre morriña y saudades,
al tiempo que van diciendo
hoy tenemos voluntades.
Corazones que se llenan
de cantidad de razones,
en sus noches que son plenas
les sobran las emociones.
Esta Galicia soñada
repleta de sensaciones,
vive tranquila y amada
buscando sus soluciones.
G X Cantalapiedra.
Cuando sientes a Galicia
no precisas voluntades,
de lejos ves la primicia
que te dan ciertas saudades.
Vives de cerca el paisaje
cargado de tradiciones,
con barcos que son anclaje
de queridas sensaciones.
La morriña se despierta
entre brisas naturales,
mientras que tu puerta abierta
vive sueños siderales.
La nostalgia sigue viva
por los caminos gallegos,
dicen que a veces se activa
sin precisar de los ruegos.
Esa saudade marcando
el verdor de los caminos,
es algo que va alcanzando
a los más sentidos signos.
Hay corazones sufriendo
entre morriña y saudades,
al tiempo que van diciendo
hoy tenemos voluntades.
Corazones que se llenan
de cantidad de razones,
en sus noches que son plenas
les sobran las emociones.
Esta Galicia soñada
repleta de sensaciones,
vive tranquila y amada
buscando sus soluciones.
G X Cantalapiedra.