LOS CAMINOS DEL DIABLO
Aquella noche de relámpagos seguidos, donde los árboles de la carretera parecían que iban a salir ardiendo, El coche parecía que se iba a terminar rompiendo, y en la chapa el granizo pegaba con fuerza saltando, eran finales del mes de agosto, la carretera apenas se veía algún automóvil circulando, y las doce de la noche hacia aquel ambiente demasiado peligroso, sin esperarlo la emisora de radio del coche, soltaba su música más dramática, el matrimonio que circulaba en su coche, se dirigía a Puentedeume, más en cierto momento no sabía donde se encontraba, la esposa soltó esas frases que anulaba la esperanza de llegar, Estamos en el camino del diablo, no sabemos dónde está el mar ni el Norte, y caminamos sin saber dónde vamos. La tormenta soltaba sus rayos con truenos atronadores, y los granizos seguían cayendo con su fuerza, la carretera se puso deslizante, y los granizos se amontonaban sobre el asfalto, el marido termino con su coche debajo de un frondoso árbol, al ver que las luces apenas alumbraban sobre aquel camino que estaba asfaltado, pero que ya no se divisaba más que el hielo sobre su suelo, Durante unos quince minutos esperaron que aquello pasará, pero era terrorífico, el coche se quedó parado y con las luces apagadas, mientras los resplandores de aquella tormenta de verano se hacían interminables, el matrimonio se echaba la culpa el uno al otro, por haber sido tan poco prevenidos, y no tener ni idea de las carreteras comarcales de esta preciosa Galicia de montes y caminos verdes, quizá eran las doce y media de la noche, y los relámpagos parecían pasar de largo sobre aquel paisaje, cuando se decidieron ponerse en marcha, y tratar de salir de aquella encerrona de carretera, Tuvieron bastante suerte, y un hombre con un traje de chubasquero le pudieron preguntar por dicha localidad, este hombre les puso sobre el buen camino, y pudieron regresar hasta Puentedeume, donde al llegar notaron incluso algún rayo en la lejanía, pero con la tranquilidad de poder dormir en su domicilio, olvidando aquel camino que parecía el del diablo. Así es Galicia, una tierra de sobresaltos con paisajes preciosos, y sus tormentas que apenas avisan, G X Cantalapiedra.
Aquella noche de relámpagos seguidos, donde los árboles de la carretera parecían que iban a salir ardiendo, El coche parecía que se iba a terminar rompiendo, y en la chapa el granizo pegaba con fuerza saltando, eran finales del mes de agosto, la carretera apenas se veía algún automóvil circulando, y las doce de la noche hacia aquel ambiente demasiado peligroso, sin esperarlo la emisora de radio del coche, soltaba su música más dramática, el matrimonio que circulaba en su coche, se dirigía a Puentedeume, más en cierto momento no sabía donde se encontraba, la esposa soltó esas frases que anulaba la esperanza de llegar, Estamos en el camino del diablo, no sabemos dónde está el mar ni el Norte, y caminamos sin saber dónde vamos. La tormenta soltaba sus rayos con truenos atronadores, y los granizos seguían cayendo con su fuerza, la carretera se puso deslizante, y los granizos se amontonaban sobre el asfalto, el marido termino con su coche debajo de un frondoso árbol, al ver que las luces apenas alumbraban sobre aquel camino que estaba asfaltado, pero que ya no se divisaba más que el hielo sobre su suelo, Durante unos quince minutos esperaron que aquello pasará, pero era terrorífico, el coche se quedó parado y con las luces apagadas, mientras los resplandores de aquella tormenta de verano se hacían interminables, el matrimonio se echaba la culpa el uno al otro, por haber sido tan poco prevenidos, y no tener ni idea de las carreteras comarcales de esta preciosa Galicia de montes y caminos verdes, quizá eran las doce y media de la noche, y los relámpagos parecían pasar de largo sobre aquel paisaje, cuando se decidieron ponerse en marcha, y tratar de salir de aquella encerrona de carretera, Tuvieron bastante suerte, y un hombre con un traje de chubasquero le pudieron preguntar por dicha localidad, este hombre les puso sobre el buen camino, y pudieron regresar hasta Puentedeume, donde al llegar notaron incluso algún rayo en la lejanía, pero con la tranquilidad de poder dormir en su domicilio, olvidando aquel camino que parecía el del diablo. Así es Galicia, una tierra de sobresaltos con paisajes preciosos, y sus tormentas que apenas avisan, G X Cantalapiedra.