Y LE TEMBLABAN LAS MANOS
Le vi triste y sudoroso
mientras temblaban sus manos,
en su semblante dichoso
note pensamientos vanos.
Apretándose las manos
su cerebro cavilaba,
eran sus pasos profanos
y nadie le consolaba.
Los amigos le olvidaron
al ver sus pasos perdidos,
muchos de ellos se alejaron
sin hacerle más cumplidos.
El hombre pierde emociones
al vivir sus pasos solo,
y menos sentirse amable
dejándole como a un lobo.
Cuando sobran las razones
de vivir las soledades,
el hombre pierde ilusiones
y ya no busca verdades.
La soledad de camino
como un perro pordiosero,
sin saber si su mal signo
podrá lograr un te quiero.
Solo sin buscar la meta
donde crecen los amigos,
a veces la vida inquieta
pudiera darnos castigos.
Le vi temblando sus manos
en un camino perdido,
dicen algunos humanos
que su barco sigue hundido.
G X Cantalapiedra.
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