UN COMENTARIO DE SADA
Un mayor me comentaba
en un lugar de Galicia,
“Hay una ciudad guardada
que pudiera ser delicia”.
Su nombre pronto lanzaba
con su sencillez sentida,
“Me dijo conoces Sada
esa ciudad tan querida”.
Sin apenas pasar tiempo,
ya que el viento te motiva,
quise vivir siempre atento
y noté mi mente activa.
En Sada fui caminando
logrando sentir su brisa,
la vida me fue dejando
una preciosa sonrisa.
Caminar junto a su playa
en tardes de maravilla,
sin poner ninguna raya
a las cosas de esa villa.
Sada se ve iluminada
en las mañanas sencillas,
es la ciudad más soñada
que no quiere ver rencillas.
Paisajes de grandes pazos,
sendas que son maravillas,
laderas que rompen lazos
algunas con sus arcillas.
Pisar soñando caminos
entre rías fabulosas,
sin buscar los peregrinos
por estas tierras dichosas.
Sada siempre es encantada
lo dicen muchos humanos,
esta ciudad bien cuidada
hoy no la tiemblan sus manos.
G X Cantalapiedra.
Un mayor me comentaba
en un lugar de Galicia,
“Hay una ciudad guardada
que pudiera ser delicia”.
Su nombre pronto lanzaba
con su sencillez sentida,
“Me dijo conoces Sada
esa ciudad tan querida”.
Sin apenas pasar tiempo,
ya que el viento te motiva,
quise vivir siempre atento
y noté mi mente activa.
En Sada fui caminando
logrando sentir su brisa,
la vida me fue dejando
una preciosa sonrisa.
Caminar junto a su playa
en tardes de maravilla,
sin poner ninguna raya
a las cosas de esa villa.
Sada se ve iluminada
en las mañanas sencillas,
es la ciudad más soñada
que no quiere ver rencillas.
Paisajes de grandes pazos,
sendas que son maravillas,
laderas que rompen lazos
algunas con sus arcillas.
Pisar soñando caminos
entre rías fabulosas,
sin buscar los peregrinos
por estas tierras dichosas.
Sada siempre es encantada
lo dicen muchos humanos,
esta ciudad bien cuidada
hoy no la tiemblan sus manos.
G X Cantalapiedra.