Andando con mi cámara a cuestas buscando
paisajes con los que ilustrar un proyecto de promoción turística de esta zona del Norte del Norte, descubrí unas formaciones rocosas que denominé al instante "El bosque petrificado".
Formas extrañas, fantasmagóricas, pétreas, retorcidas, caras, fósiles, etc. aparecían sin cesar delante de mis ojos.
Al fondo tenemos la imponente mole de los
acantilados más altos de Europa continental: 625 m.