La
Catedral acoge el que, según la
tradición, es el sepulcro del Apóstol Santiago, y que convirtió al templo en uno de los principales destinos de peregrinación de Europa a través del llamado
Camino de Santiago, una ruta en la que se sigue la estela de la
Vía Láctea comunicando la península ibérica con el resto del continente.
Llegar a Santiago supone para muchos peregrinos cerrar un ciclo vital y comenzar otro nuevo, es la meta deseada que se alcanza con alegría tras largas jornadas por los viejos
caminos que desde la época
medieval llegan hasta aquí.