Construida en la primera mitad del s. XVIII. Tiene una única nave de planta rectangular con los muros de sillería de granito y la cubierta a dos
aguas de teja.
Fachada ausente de decoración salvo la
hornacina en forma de concha de vieira sobre la
portada con la imagen de bulto redondo realizada en granito de la
Virgen del Pilar. Coronada en los extremos por dos
torres. El interior también destaca por la sobriedad arquitectónica animado en su momento por un
retablo barroco, obra de Miguel de Romay (1720), que posteriormente fue desmontado y trasladado al
convento de
San Domingos de Bonaval. En su lugar hay un
Cristo policromado, obra del
escultor compostelano Castor Lata.