Sin alejarnos mucho de la
catedral, las otras tres
plazas que la rodean, con sus respectivas
fachadas, son de visita obligada: Praterías, Acibechería y Quintana. Pero casi cualquier
plaza del casco histórico tiene un encanto único, de la de Cervantes a la do Toural, pasando por alguna menos conocida como la de
Santo Agostiño. Cerca de esta última está el
Mercado de abastos de Santiago. Pásate a curiosear o a
comprar algún “recuerdo comestible”: van muchos turistas, pero siguen yendo también muchos locales, por algo será.