La Quintana es una
plaza muy transitada, testigo de manifestaciones, momentos de ocio y
juegos infantiles. No es extraño que una ciudad con la extensa
historia de Santiago y la multitud de personas que han transitado sus
calles, sea
fuente inagotable de leyendas, cuentos y mitos. La silueta que diariamente se proyecta sobre una de las
fachadas de la
catedral, es la propia de un peregrino ataviado con un sombrero de ala ancha, bastón, calabaza y capa. Este fantasma no es más que el resultado de una casualidad que hace que la
sombra de un pilar de granito situado en la Plaza de A Quintana proyecte su figura cuando cae la
noche y el alumbrado se enciende. Sin embargo, no son pocas las interpretaciones que entran en territorio mágico y sobrehumano que van mucho más allá de esta explicación natural y lógica.