El Sacerdote y la monja. Por último, la versión que más escucharán los que transiten por la
plaza, será la del sacerdote y la monja. Cuenta la leyenda, que un clérigo de la
catedral y una religiosa de un
convento al otro lado de la plaza, mantenían un romance secreto. El sacerdote, cansado de tener que esconder su amor, le propuso a su amante, huir de Santiago, fuera de miradas censoras. De modo que la citó una
noche en la plaza vestido de peregrino para no llamar la atención. Se dice que la esperó durante horas pero que nunca apareció. La
sombra, en este caso, representa al sacerdote disfrazado. Éste nunca se resignó a perder a su amada y que vuelve todas las
noches a esperarla.