La construcción de la actual
catedral se inició en 1075 bajo el reinado de Alfonso VI y el patrocinio del obispo Diego Peláez. Fue construida según el mismo plano que la
iglesia de ladrillo monástica de
San Sernín de Toulouse, probablemente el mayor
edificio románico de
Francia. El templo fue construido fundamentalmente en granito. La construcción se detuvo en distintas ocasiones y, según el Liber Sancti Iacobi, la última
piedra fue colocada en 1122 y la catedral fue consagrada en 1128. Según el Codex Calixtinus, los arquitectos fueron «Bernardo el viejo, un maestro maravilloso», su ayudante Galperinus Robertus y, más tarde, posiblemente «Esteban, maestro de
catedrales». En la última etapa «Bernardo, el
joven» (que posiblemente era hijo de Esteban) terminaba el edificio, mientras que Galperinus estuvo a cargo de la coordinación. También construyó una
fuente monumental delante de la
portada septentrional en 1122.