Calle del Villar
El nombre de esta calle tiene un origen ambiguo. Para unos procede de «Vallis Milvorum», o
Valle de los Gavilanes; para otros de Vilar, pequeño núcleo de población de la Época
Medieval.
Los
soportales, elemento arquitectónico de Compostela, lucen en esta calle y en la paralela Rúa Nova más que en ningún otro sitio.
Levantados para proteger de la
lluvia a sus habitantes, así como para resguardarse los vendedores antes de que se construyese la
plaza de Abastos, muchos de estos bellos soportales fueron derribados en el siglo XIX, unos porque «afeaban la calle», otros por su «estado ruinoso».
Los
arcos de estos soportales, que salen al encuentro del viandante, responden a tipologías diferentes: de medio punto, apuntados o adintelados. Estos últimos se corresponden con los
edificios más antiguos de las
calles.
Pazo de Vaamonde. Del
edificio, que recibe el nombre de un afamado
médico compostelano, el doctor Vaamonde, destaca el llamador de la
puerta exterior, las cristaleras del interior y su
escalera. Es un típico ejemplo bien conservado de un palacete urbano de la alta sociedad compostelana de los siglos XIX y XX. Actualmente tiene su sede el Consorcio de Santiago.
Casino. Construido por Manuel Pereiro Caeiro en 1874. Obra de corte académico no muy afortunada; destaca su asimetría en los huecos de la
fachada. Tras varios años de inactividad, se recuperó con la apertura del Café Casino.
Casa del Deán. Se relaciona con el arquitecto Clemente Fernández Sarela, quien la levanta entre 1747 y 1753. El sentido plástico de la fachada se centra en su
portada principal, pues «fue concebida fundamentalmente para ser vista por todo aquel que, al salir de la
catedral, se dirige hacia la Rúa do Vilar. Aquí se encuentra la oficina del peregrino, lugar en el que se entrega «La Compostela».