Esta es una de las muchas vistas de la Catedral. Y digo de las muchas vistas del mismo sitio y desde el mismo punto..., Porque la Catedral cambia de color según la hora del día, sol, bruma y atmóstera que la rodea. Este misterio se debe a los liquenes que impregnan la piedra que se conjugan con la luz y forman diferentes colores. A veces se ve verdosa, otras dorada, gris azulada etc... Todo ello combinado con el tono de las nubes hace que los que vivimos en Santiago no nos cansemos nunca de ir a visitarla.