VALDOVIÑO

Habitantes: 6.736  Altitud: 140 m.  Gentilicio: Valdoviñeses 
Hoy amanece en VALDOVIÑO a las 09:14 y anochece a las 19:18
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Situación:

En la comarca de Ferrol, al norte de esta ciudad, a 65 Kms. De La Coruña, y a unos 12 o 13 de Ferrol.

Ayuntamiento:

Valdoviño.

El edificio consistorial, propiedad del concello, está situado en la Puerta del Sol s/n y fue proyectada, al igual que otras casas consistoriales de la cormarca, por el arquitecto ferrolano Rodolfo Ucha en 1945, aunque su construcción comenzó años más tarde. La casa cosistorial tras un largo peregrinar, por distintos puntos del concello, se inaugura oficialmente el 10 de Abril de 1966 a las 11 de la mañana.

E-mail: correo@valdovino.dicoruna.es concello@concellodevaldovino.com

ALCALDE - PRESIDENTE

Dña. Concepción Sanesteban Raposo

TENENCIAS ALCALDIA

1º Teniente de alcalde



D. Félix Alfonso Lópex Couce

2º Teniente de alcalde



D. Edelmiro Veiga Horjales

3º Teniente de alcalde



D. Benito Vega Fernández

4º Teniente de alcalde

D. Elisardo Casas Cibreiro

DELEGADOS DE AREA

Gobernación



D. Félix Alfonso López Couce

Servicios



D. Félix Alfonso López Couce

Obras

D. Elisardo Casas Cibreiro

Urbanismo

D. Benito Vega Fernández

Sector Primario

D. Benito Vega Fernández

Medio Ambiente

D. Elisardo Casas Cibreiro

Turismo

Dña. Concepción Sanesteban Raposo

Servicios Sociales

Dña. Concepción Sanesteban Raposo

Educación, Cultura y Deportes

D. Benito Vega Fernández

Monumentos:

Iglesia de Santa Eulalia.

Fiestas:

Baixada de Carrilanas.

a San Mamede.

Desde 1996, año de su primera edición, en Valdoviño y haciéndolas coincidir en fechas próximas a la celebración de su patrono San Mamede (mes de Agosto), se viene desarrollando el concurso de estos peculiares autos “locos”. Estos vehículos, cuya única limitación es la de no disponer de motor, pueden llegar a alcanzar los 70 Km./hora en el vertiginoso descenso por la ladera que los lleva a cubrir los mas de 1.300 metros que configuran su trazado. Se caracteriza y premia en este concurso tanto la construcción artística, simpática y original, como la rapidez de los mismos y la destreza de sus pilotos.

El número de asistentes a esta celebración se multiplica en cada nueva edición así como aumenta el número de participantes y el nivel de los mismos. Concretamente en la edición del 2002 el número de visitantes a la competición rondó los 15.000 – número considerable, más si tenemos en cuenta que el censo total del Concello se aproxima a los 7.000 habitantes -.

Previo al inicio de la competición, y tal como si de un rallye se tratara, se puede recorrer el parque cerrado y ver de cerca estas pequeñas maravillas del ingenio y del atrevimiento que hay que tener para bajar con el trazado dispuesto por la organización. La fiesta, tal y como si de una aventura de Asterix se tratara, finaliza con una suculenta “Churrascada”.

La Asociación Baixada de Carriladas se encarga de la organización y de velar por el buen desarrollo de la competición.

Fiesta de la Malla.

Esta fiesta trata de rescatar del pasado la antigua tradición de la trilla del trigo, en la que por esta zona, de Galicia, al unirse vecinos de distintas familias hacían que una jornada de duro trabajo tuviera su componente festiva.

En el transcurso de la fiesta los vecinos, de San Mamede, se mezclan con la paja y trigo poniendo a funcionar una trilladora de principios de siglo y recreando las labores de aquellos días.

La “dureza” de la jornada “obliga” a realizar una buena alimentación con la que paliar el desgaste de tan “entretenido” trabajo. El día finaliza a media tarde con una exquisita merienda a base de “bacalao con garbanzos”.

La Asociación Baixada de Carrilanas es la encargada de la organizar esta celebración que tiene lugar en el mes de Agosto.

Fiesta Gastronómica “Da Coquina”

Esta celebración, que tiene lugar en la Parroquia de Pantín en el mes de Agosto, se degustan las distintas variedades de la almeja que se “marisquean” en esta zona de la costa gallega.

En la degustación de este esquisito “manjar” marino se sirven cientos de raciones preparadas con distintas recetas; se presentan en cazuelas de barro y se acompañan de un trozo de “rico” pan y de una “cunca de viño”.

La fiesta esta organizada por el Concello de Valdoviño, se viene celebrando desde el año 1.998.

Fiesta "Cabalar"

Dedicada al caballo, es organizada por la Asociación Baixada de Carrilanas y tiene lugar a mediados del mes de Mayo en las proximidades de la Laguna de la Frouxeira. La fiesta se inicia a primeras horas de la mañana con los pertinentes controles de firma e inscripción de concursantes. A lo largo de la jornada se desarrollan distintos tipos de pruebas entre los que destacan los de belleza, arrastre, doma, trote, andadura, velocidad de los caballos y destreza de los jinetes.

La fiesta finaliza con la correspondiente entrega de premios y se jalona con una bien merecida “churrascada”.

La asistencia de público a la pruebas aumenta de año en año, rondando la cifra de asistentes en la edición del año 2002 las 3000 personas. Esta celebración-concurso se viene desarrollando desde el año 1998.

Romería da "Virxe do Porto”

Se celebra en el mes de Julio en homenaje a la Virgen del Porto cuya imagen es guardada y venerada en la capilla que lleva el mismo nombre. Esta pequeña iglesia se sitúa en lo alto de un islote rodeado de acantilados, en la parroquia de Meirás, y a ella que únicamente se puede acceder en bajamar.

* San Isidro Mayo (día variable)

* Corphus Mayo o Junio (variable)

* El Carmen 17 de Julio.

* S. Mamed 17 de Agosto.

* San Miguel (en Aviño) 29 de Septiembre.

Costumbres:

Son muchos los cuentos que se esconden tras cada recodo del camino, tras cada árbol de sus bosques, o en cada acantilado de sus costas. Son muchas las leyendas que a lo largo del tiempo, han pasado de generación en generación, y que deformadas en unos casos o magnificadas en otros, forman ya parte en la vida de las gentes que habitan en este Concello.

Tal vez por medio de los peregrinos que llevaban por el Camino de San Andrés, buscando al Santo, allá en Teixido, tal vez por que veinticinco kilómetros de costa son muchos para no verse influenciados por historias ajenas, o simplemente por que la imaginación de la gente unida a sus supersticiones y al miedo a lo desconocido ha sido suficiente para ir tejiendo pequeñas historias que perviven al paso del tiempo.

Son pocos los niños pequeños y los menos niños que no se cuenten, escuchen e incluso se lleguen a estremecer al oir hablar de la Ciudad de Lucerna hundida bajo las aguas de Pantín y de como algunos días aún se pueden ver los tejados y el campanario de la iglesia; hay a quien asegura, probablemente por dar más énfasis a la historia, que se llegan a oir voces si te acercas a la orilla de la playa.

Hay quien recuerda y nos habla de la Pena Morcegueira de Meirás y de cómo esta fue tocada por la misma virgen, lo que explicaría el origen de su forma.

Los hay que prefieren narrar las mil y una historias que sabían las “caldupeiras” de Cabo de Porto, tras escucharlas, a su vez, de los peregrinos que se les acercaban a por una reconstituyente taza de caldo.

Otros prefieren seguir soñando en voz alta con los cofres llenos de tesoros que los “moros” enterraron en tierras de Vilaboa. O aquellos otros que tras escuchar, una y otra vez, a los primeros prefieren probar fortuna, y aprovechar la caída de la noche para horadar el suelo en busca del oro y las joyas de las que tanto han oído hablar.

Historia:

A partir del IV milenio antes de Cristo, se extiende a lo largo de todo el occidente europeo, un fenómeno cultural, que se caracteriza principalmente por la construcción de un tipo de enterramiento particular, el túmulo. Estos tienen la forma aproximada de un casquete esférico, aunque en ocasiones su planta no es exactamente circular sino ligeramente elíptica. Están compuestos por una estructura tumular que puede ser sólo de tierra, de piedras, o de tierra y piedras, en ocasiones delimitada en la base por un anillo peristatílico pétreo que la recorre a modo de zócalo. Con frecuencia el túmulo se encuentra cubierto por una coraza de placas de piedra bien encajadas entre sí.

Un elevado número de túmulos alberga estructuras megalíticas de variada tipología, dólmenes.

Si bien conocemos donde enterraban a los muertos, poco sabemos de dónde y cómo se desarrollaba su vida. Posiblemente eran grupos que ocupaban el territorio de forma dispersa, con hábitats no fijos, levantados con materiales perecederos en consonancia con una vida semi nómada, de ocupación de todo tipo de paisajes.

De echo, la configuración del paisaje rural gallego podría haberse iniciado en estos momentos, a través de la utilización en el monte del sistema de rozas con tecnología de azada, para el cultivo de cereal de invierno, y uso de la ganadería extensiva y pequeños huertos en zonas bajas. El uso sistemático del cultivo de rozas, pudo constituir el punto de partida del proceso histórico de la reducción del bosque en Galicia, la roza habría provocado pequeños procesos erosivos, y la formación de brañas.

El túmulo no es únicamente el lugar donde enterrar al difunto, desempeña una función ritual, simbólica. Delimita el espacio funerario, marca y humaniza el paisaje. Están concebidos para durar, permanecer en el tiempo y en el espacio1, hay una búsqueda de la monumentalidad. Constituye la primera arquitectura monumental de Galicia, es "una construcción arquitectónica original concreta”.

Las necrópolis tumulares ocupan de un modo continuo todo el territorio "las construían donde las construían, y esto era más o menos donde les daba la gana"(VAQUERO, J 1995), por lo general en lugares del paisaje donde eran visibles desde cierta distancia, acentuándose por ser construcciones que ofrecen una discontinuidad en el paisaje. Aunque en su emplazamiento se pueden observar, según Vaquero, dos constantes "pensadas", la linealidad en la disposición y una dirección determinada, que se concretizan en la mayoría de las ocasiones en los límites entre formas cóncavas y convexas del relieve -cordales, depresiones, valles,-.

Para el profesor Vázquez Varela "los constructores de túmulos son los primeros en modificar de un modo importante y permanente un paisaje, sus poblados, sus lugares de pastoreo y campos de cultivo, junto con una importante red de caminos vinculada con los intercambios entre las diferentes comunidades, marcan claramente la huella específica de lo humano, la cultura frente a la naturaleza, a la que someten con mayor fuerza que las poblaciones anteriores"(VÁZQUEZ VARELA 1994). La dispersión de las necrópolis va a transformar el paisaje gallego, lo humaniza por primera vez a gran escala, y marca el poblamiento de la región hasta la actualidad.

En Valdoviño se localizan en la actualidad diez túmulos que pueden ser adscribibles a este momento cultural2. Por lo general tanto sus características tipológicas, distribución, y emplazamiento siguen las pautas que hemos apuntado en párrafos anteriores; son construcciones monumentales, construidas para ser vistas y permanecer en el tiempo, únicamente en A Pena da Moura (31), hemos podido constatar la presencia de una cámara megalítica, que en palabras de D. Federico Maciñeira es "la mayor pieza dolménica con que tropecé en el país" (F. Maciñeira, 1943).

Se encuentran distribuidos por diferentes paisajes a lo largo del territorio, desde zonas de valle, a chairas en los cordales, y hasta fuertes pendientes, todos lugares donde son fácilmente visibles desde puntos concretos. También es posible distinguir las dos constantes en su emplazamiento que señala Vaquero, la linealidad y la aparente dirección determinada. Si tomamos como referencia un camino antiguo, en concreto el camino de San Andrés3 observamos como las mámoas jalonan el mismo, con una aparente linealidad y dirección determinada que podría marcar, en este caso, el camino hacia algún destino de carácter religioso, la zona de San Andrés de Teixido ó incluso el Cabo Ortegal. 4.

La edad antigua en Galicia se identifica por la presencia de una cultura que tiene como hábitat característico el castro, y que se desarrolla desde la edad del hierro sobre un fuerte substrato indígena de la etapa final del Bronce, con la conjunción de rasgos propios con influencias exteriores, centro europeas, atlánticas, e incluso mediterráneas.

El castro es un recinto fortificado que ocupa todas las variedades ecológicas disponibles y adecuadas para un asentamiento humano. Podemos considerar el hábitat castreño como concentrado, y se reparte en función de las características topográficas, estratégicas, y sobre todo económicas del entorno, en la búsqueda de la proximidad a los recursos naturales con una potencialidad agropecuaria, pesquera y minera de excelentes condiciones para el desarrollo de la población.

El poblamiento castreño posee un fuerte carácter campesino, aunque con fuerte tradición guerrera, y ofrece una profunda humanización y aculturación del espacio natural. Se sitúan, preferentemente, en zonas del denominado paisaje cóncavo, en torno a los valles, ubicados en lugares destacados sobre el entorno, donde a través de obras artificiales adaptadas a la topografía, las defensas, se resalta su visibilización, y su presencia en un territorio Los castros constituyen asentamientos fortificados construidos para perdurar en un espacio proyectado por sus habitantes, el territorio. Territorio que puede ser concebido como algo que es posible organizar desde el punto de vista religioso y no meramente geográfico.

Se aprecia una búsqueda de las tierras de mejor calidad, donde poder aplicar una agricultura de carácter intensivo. Disponen los asentamientos a media altura, transición entre el monte y el valle, los dos espacios donde se produce un desarrollo agrícola importante, gracias a las mejoras de las condiciones técnicas, como el uso del arado, la tracción animal, el abono, las obras de acondicionamiento del terreno, surcos, terrazas, agras, y la combinación de las especies de cultivo.

En el mundo castreño se empiezan a diferenciar claramente, aunque perfectamente complementados, los dos espacios de cultivo que marcarán la Galicia rural hasta la actualidad; el saltus, el monte, donde a través del sistema de rozas se cultiva el cereal, y se preparan los terrenos para el pasto del ganado. Y el ager, zonas bajas de valle, acondicionadas con terrazas ó agras, en pequeños huertos, de cereales y hortalizas. La ganadería, la recolección, la pesca, el marisqueo, la caza, la minería o el comercio constituyen actividades complementarias que, dependiendo de la zona, adquieren una mayor trascendencia dentro de la economía castreña.

El modelo más válido para interpretar su organización social y simbólica es el que nos ofrece el mundo céltico La cultura castreña se encontraba dividida en unidades de carácter territorial, los populi, conjunto de castros que se ubicaban en un territorio, integrados en una tribu. Los castros ubicados en la actualidad en el término de Valdoviño, formaban parte de un populus integrado en la tribu de los Ártabros, quienes tenían una identidad política propia, y un marco territorial, que se conoce como Terra de Trasancos.

En el ayuntamiento de Valdoviño, dentro de la Terra de Trasancos, se localiza la presencia de veinte yacimientos castreños, ubicados a lo largo de todo el territorio municipal. Geográficamente se distinguen dos zonas; una superficie de aplanamiento al Oeste, donde los asentamientos buscan la proximidad a las zonas bajas, de cultivo, por lo que hay una mayor concentración del hábitat, y una zona de relieve más accidentado al Este, donde el hábitat castreño es más disperso, ocupando las escasas zonas de valle, centradas principalmente en la costa.

En la mayoría, si exceptuamos los costeros y los de carácter eminentemente estratégico se observa un desarrollo de sus estructuras hacia las tierras fértiles de las cuencas próximas, bien a través de la presencia de antecastros, o por el desarrollo combinado de varios sistemas defensivos y amplios aterrazamientos que parten del recinto principal.

La morfología de la costa va a ser en buena parte responsable del número de asentamientos que en esta se sitúan y de su tipología. La importancia de estos asentamientos radica, posiblemente, en que cumplan una doble función; estratégica-defensiva, y comercial, aunque tampoco podemos olvidar su capacidad para captar recursos marítimos (marisqueo y pesca). La costa de Valdoviño podemos dividirla en tres zonas por la presencia de tres amplias playas (Frouxeira, Pantín y Vilarrube) que sirven de salida a tres espacios diferentes. Estos espacios condicionan la ubicación de una serie de yacimientos a su alrededor, conformando unos "territorios" concretos, orientados hacia el mar, nexo de unión entre ellos. La topografía determina el asentamiento, y se aprecia una mayor densidad de castros en las zonas amplias, abiertas y de relieve suave, frente a la otra más accidentada (Vilarrube), y que posiblemente se encuentre condicionada por un carácter estratégico-defensivo de salida al mar de una ruta comercial. 5.

Todo territorio tiene un límite espacial que por lo general estaba marcado por una serie de accidente naturales (bosques, zonas rocosas, lagos), o bien por los terrenos incultos. Estas "fronteras", tierra de nadie, son las zonas adecuadas para desarrollar las relaciones intergrupales, asambleas, celebraciones festivas ó mercados, son los fora, "instituciones socio-religiosas, que parten de los indoeuropeos de la Edad del Bronce, y sufriendo evolución e influencias, y respetada o tolerada por los romanos, tuvo vigencia en la romanidad tardía, y aún se pueden detectar sus vestigios fuertemente cristianizados, bajo el aplastante poder de la Iglesia Medieval”.

En estos "posibles santuarios prerromanos", se destacaba la presencia de un altar rupestre, gran piedra que era el eje de la asamblea estacional, del Oenac[h]. ¿Podemos estar en O Foro, ante un altar?, ¿lugar sagrado y de reunión social de los habitantes de Valdoviño en estos momentos de la historia antigua?, es probable, pero sería necesario acometer una intervención arqueológica para poder contrastar esta hipótesis.

La presencia de importantes reservas metalíferas en el N de Galicia, donde se encuentra un yacimiento primario de oro que ocupa una franja de terreno que Sánchez Palencia denomina Valdoviño-Aranga, condicionará una parte de su historia. Desde época campaniforme y del Bronce Antiguo Peninsular se desarrolla una importante vocación minera, con una tecnología propia de extracción de estaño y oro. La existencia de estas minas provocó una fuerte atracción en los navegantes atlánticos y sobre todo mediterráneos, quienes ya no abandonarían estas rutas hasta la conquista romana, así Strabón (III-14) menciona como Posidonios señala en sus escritos que "dentro del territorio de los Ártabros, existían y se beneficiaban de abundantes minas de plata, estaño, y ganga de oro argentífero".

El interés por los recursos metalíferos supone la integración de Galicia en el circuito de cambio de Roma. Estos primeros contactos, hasta el inicio de la conquista romana (II A.C.), supone un estímulo fundamental para el desarrollo de la sociedad indígena castreña. Estos navegantes tienen la necesidad de establecerse en tierra firme; ya sea de forma temporal o permanente, por lo que buscan puntos de contacto estables en la costa donde; poder fondear ó varar sin dañar sus navíos, asentamientos con buenas defensas y accesos al interior para facilitar los intercambios y el abastecimiento.

La presencia en la zona del Pereiro de una explotación minera facilitaría la ubicación de varios castros en la zona, O Pereiro serviría de base y campamento de la explotación, Frouxeira y O Vico, podrían constituir el lugar de embarque del material.

Lo que si parece seguro es que el castro das Ferreirias, en el que se localizó material romano y que presenta un único nivel de ocupación hacia el cambio de era, representaría la salida al mar de los productos mineros de la zona de La Barquera y Labacengos, que llegarían a través de la ruta del curso del río Forcadas, camino jalonado por un sistema defensivo compuesto por los castros de Vidueiros, Lousada, Vilarrube, Frádigas, y el propio Ferreirias6, con una gran defensa y amplias terrazas que discurren hasta la orilla, en forma de embarcadero.

La romanización del NO fue eminentemente rural, basada en la explotación de los recursos naturales; se introduce un nuevo sistema y técnicas agrarias, se cultivan especies nuevas, se incrementa la producción, el uso de molinos circulares como el localizado en Pazos, herramientas de hierro, etc.

La ocupación del territorio va unida a nuevas formas de distribución de la población en diversos tipos asentamientos7:

* En época Augustea y Julio-Claudia, se ocupan los denominados Castros-agrícolas. Son los mismos asentamientos que se continúan utilizando pero sometiéndolos a una ampliación, o bien asentamientos nuevos ubicados en las zonas de potencialidad agrícola. En ellos se localizan estructuras de estilo romano. Poulo, donde se localizaron monedas desde el siglo I (D.C.), Tiberio ó Claudio, hasta el IV, puede haber sido un asentamiento que ha perdurado mucho tiempo. E Castro de Crecente, donde, según la prospección superficial, se ha producido una ampliación del recinto, sería otro ejemplo de este momento.

* Desde mediados del siglo I al III (D.C.) Se desarrolla una etapa de asimilación y transformaciones en el poblamiento. Se crean ciudades y nuevos núcleos rurales, los vici, que ejemplifican el sistema romano de ocupación del territorio, hábitats concentrados en poblados abiertos. La historiografía clásica señala la presencia en el Golfo Ártabro de dos ciudades Libunca y Adobrica, que serían los núcleos de población de más importancia en este espacio.

Saralegui apunta la posibilidad de que la ciudad de Adóbrica se situase en Valdoviño, al final de la amplia llanura del valle de Trasancos, relacionando la aparición de gran cantidad de material arqueológico romano en la zona de Poulo, y con las explotaciones mineras de esta área. Souto Vizoso señala la aparición de numeroso material romano en la misma zona; monedas, ladrillos, sartegos, cerámicas, tégulas, torques de oro y plata, etc, y apunta "esta barriada, incluído Poulo, ha sido un vicus, un burgo o una villa rural y agrícola de la época romana, con su pazo correspondiente, su mámoa o medoña y su castro...".Si bien con distorsiones crono-culturales, apunta, ante la concentración de hallazgos, la posibilidad de estar ante un yacimiento de cierta entidad que, a partir del asentamiento fortificado ha crecido a lo largo de la ladera.

* Los siglos III y IV marcan el desarrollo del tipo de hábitat disperso en el mundo romano, las villae, residencias familiares y/o granjas de explotación agropecuaria. Su situación viene marcada por los condicionantes económicos -capacidad productiva de la tierra y buenas comunicaciones-, y los habitacionales -salubridad, agradabilidad del ambiente, situación a media ladera, y orientación adecuada hacia los puntos de máxima insolación-. Características de emplazamiento que reúne el lugar de O Foro, en Aviño, donde en 1946 se localizó una columna y un capitel romanos, además de otros materiales. La entidad del hallazgo, y el lugar, la proximidad al castro de Aviño, la orientación hacia zonas productivas, nos puede señalar la posibilidad de que encontrarnos ante un yacimiento romano tipo villae.

Según Andrés Pena en la playa de la Frouxeira se han localizado restos de ánforas, ¿podríamos tener cerca de la playa un pecio?, es una pregunta que no podemos responder.

Para este mismo autor la romanización de Trasancos únicamente afectaría al núcleo aristocrático del territorio, con lo que se continuaría con una agricultura de subsistencia, autárquica. En la actualidad, y a falta de intervenciones sistemáticas que completen el panorama de la Cultura castreña y su evolución tras la ocupación romana, creemos que en la zona de Valdoviño hay un intenso poblamiento condicionado por; su situación en una zona de paso dentro de los circuitos comerciales por el atlántico, por su riqueza minera, su potencialidad agrícola -sobre todo en la zona en la que se extiende la amplia superficie llana al Oeste-, y la capacidad de adaptación de sus necesidades económicas a los condicionantes naturales que le ofrece el medio natural -ya sea a través de la recolección, la pesca, marisqueo, ganadería, etc.-.

En época alto medieval la Terra de Trasancos, vive el intento de recuperación de la productividad de una tierra que se encuentra ocupada por el bosque, donde sus habitantes viven esparcidos en lugares de poca relevancia agrupados en torno a las iglesias.

En este ambiente se va desarrollando el cristianismo, que "más que una cuestión misional fue una cuestión administrativa" donde la población adapta su tradición a las nuevas creencias, y se adecuó a las clases dominantes. Se erigen los primeros templos, en las cercanías de los núcleos de población, sacralizando lugares anteriormente paganos. Según Souto las iglesias de San Mamed y de Santa Eulalia, son las primeras construcciones eclesiásticas del ayuntamiento, a las que seguirían otras como las de Sequeiro, Lourido, Lago, Timiraus, As Neves, Taraza o Valdetires, todas ellas documentadas a principios del siglo XII.

El 7 de febrero de 1110 San Martín de Jubia pasa a depender de la Diócesis de Santiago, Don Pedro, cura de Valdoviño, se adhiere con los monjes benedictinos, con lo que deja de pertenecer a la sede Britoniense, de la cual dependía hasta la fecha.

En 1122, Trasancos, Labacengos y Arros pasan a pertenecer a la sede Mindoniense, de acuerdo con el arzobispo de Santiago Diego Gelmirez. Será a partir de este siglo cuando Trasancos será considerado arcedianato.

Con la donación efectuada en 1113 por la Condesa doña Mayor, esposa del Conde de Galicia, Pedrol Froilaz, a los monjes de Jubia, de gran parte de los terrenos de los cotos altos de Vixia, Confurco, Pereiro, hasta los límites del Illope, los habitantes de Valdoviño tienen que relacionarse con los monjes negros de San Martín al haberse convertido en colonos del cenobio.

En estos momentos del medievo crea la villa como la cédula básica de la organización del espacio, y que se define como un pequeño núcleo habitado con sus terrazgos y espacios incultos, la villa se encuentra integrada por un conjunto de casales (casa y huerto), siendo el casal la unidad básica de explotación. Loira, Crecente, Sequeiro ó Frádigas, pueden ser ejemplos de núcleos medievales.

La unidad política básica, al menos hasta el siglo XII, es el Territorio, que es utilizado para ubicar geográficamente el lugar.

Será en el siglo XII cuando se crea una estructura de parroquias de territorio reducido, y cuando se configura la red de poblamiento rural de Galicia que se mantiene hasta hoy, por lo que "la constitución del mundo rural gallego se remonta con claridad hasta el siglo XII, en el que se produce la adecuación del hábitat tradicional al paisaje cóncavo, donde la unidad topográfica elemental ha sido el valle, foco organizador del poblamiento".

Dos aspectos, uno religioso-simbólico, y otro en clave económico, han tenido mucha influencia durante la época medieval en el desarrollo del territorio de Valdoviño.

El primero, religioso-simbólico, se encuentra fuertemente ligado a la ruta de peregrinación a San Andrés de Teixido. A través de territorio de Valdoviño discurría el camino e peregrinación a Teixido de mayor importancia, ya que por el llegaban los peregrinos procedentes de Portugal, Pontevedra, La Coruña y Ferrol.

La presencia de este camino era fundamental en la vida social y religiosa del momento, a lo largo de la misma se establecían una serie de ermitas, pequeñas capillas que además de servir de descanso, o como lugar de refugio, constituían un importante filón de explotación económica debido a las ofrendas que allí se dejaban. En el año 1181 se produce la donación a los Caballeros Sanjuanistas de Jerusalén de Teixido y Régoa. Este hecho influirá de modo positivo para la zona, donde los monjes se preocupan de crear y/o mantener una serie de infraestructuras necesarias para la correcta "explotación" del lugar de peregrinación. La Ermita de Nuestra Señora de Liñeiro, o da Fame, en Vilarrube, la Casa de la Bastona en Porto de Cabo -posada y albergue para los romeros-8, o el puente de porto do Cabo9, que se puede fechar en estos primeros siglos de la edad media, pueden ser señalados como los ejemplos más importantes, si bien su influencia se dejó sentir en toda la comarca donde proliferan las cruces de Malta en las construcciones, señal inequívoca de su presencia.

Desde el punto de vista económico, las actividades relacionadas con el mar han jugado un papel importante en la historia medieval de Valdoviño. Las explotaciones mineras, principal aliciente económico de la colonización romana, se encontraban muy abandonadas y pasaban por un período de decadencia, debido a la pobreza de las técnicas utilizadas, y a la carencia de mano de obra esclava.

Las amplias playas y pequeñas calas favorecerían la arribada de barcos tanto de pesca como de comercio. Englobado, Valdoviño, en un contexto histórico, en el que la proyección económica de toda la Galicia Medieval hacia el exterior tiene su base en la pesca, actividad tradicional que se fue perfeccionando y organizando progresivamente, y tuvo un papel clave en el desarrollo de las poblaciones costeras.

El pescado se había convertido, gracias al cristianismo, en un producto clave para su consumo durante épocas de vigilia, lo que favoreció no sólo su captura sino también el desarrollo de técnicas de conservación, como el salazón o el ahumado, que lo preparaba para su exportación, tanto hacia el interior como a los puertos mediterráneos. La sardina, la merluza, el congrio, e incluso el aceite de ballena10 son los productos con mayor acogida en el mercado.

La ubicación geográfica de Valdoviño le posibilitaba el entrar en los circuitos comerciales del momento, desde la Ría de Ferrol se exportaban los productos al Mediterráneo, y desde Cedeira al Cantábrico y el País Vasco, además de servir de centro distribuidor del mercado local.

En diversos lugares de la costa, preferentemente algo alejados de los núcleos urbanos, debido a que eran procedimientos sucios y de mal olientes, proliferaban las pesquerías, controladas por nobles, laicos y eclesiásticos. Conocidos desde el siglo X, estos establecimientos proliferaron durante el siglo XII fomentados por la colonización cisterciense. Los monjes blancos inician un proceso de salazón y secado industrial novedoso.

Desde finales del siglo XIII existían en Trasancos tres factorías de despiece de ballena y salazón, en Cariño, Cobas y O porto (Meirás). Las familias de la comarca, los Mandiá, Lago, Piñeiro, y Andrade, poseían naves que traían el pescado capturado en las costas próximas, como en el Golfo de Vizcaya, y que era salado y secado en estas factorías para ser enviado a Levante. Posiblemente la factoría do porto continuaría su actividad hasta el siglo XIV, aunque la ensenada do Portiño, excelente puerto de abrigo, continuó utilizándose hasta la actualidad.

En el aspecto político debemos señalar que la casa de los Traba, administró y gobernó la mayor parte del territorio municipal hasta 1369, pasando a ser la casa de Andrade la que estaba al frente de su gobierno hasta 1733, cuando se incorpora a la Corona de España.

De época moderna si bien se conservan numerosas noticias históricas, y construcciones civiles de relieve, como pazos e iglesias, que forman parte de nuestro patrimonio arquitectónico11, será en los elementos de los que prácticamente no quedan restos, en los que centremos esta breve exposición.

La actividad industrial se encuentra documentada por la presencia de numerosos molinos harineros en todos los ríos, además de un batán, y el establecimiento de Ferreirías en el Río das Forcadas. Desde donde se cargaba madera de tojo para su consumo en la ciudad de La Coruña12.

En diferentes puntos de la comarca, preferentemente lugares altos y prominentes, se encontraban ubicados unos establecimientos militares dedicados para la vigilancia y el control de la costa, los denominados Fachos. Pequeñas garitas preparadas para albergar un pequeño número de soldados que cumplían esta misión, por medio del envío de señales visuales, bien con banderas, o sobre todo luminosas (os fachos). En la actualidad únicamente nos queda el lugar en que se levantaban como Alderete, Montefaro, Coto Agudo, etc.

ya señalamos con anterioridad la posible presencia de un pecio de época romana en agua de la playa de A Frouxeira. Hay constancia documental de la presencia de algún barco de época moderna hundido en estas mismas aguas, durante uno de los combates navales que en esta costa tuvieron lugar entre 1805 y 1808, y en los que participaron de forma activa los cuerpos de guardia de los Fachos de Valdoviño. En uno de estos combates, el que tuvo lugar en abril de 1807 entre los montes Alderete y Montefaro, se hundió un buque español y una fragata inglesa.

¿Podrían los cañones de bronce localizados en aguas de Campelo pertenecer a alguno de estos barcos?, es una pregunta que en la actualidad no podemos responder.

Una vez realizado este breve y escueto paseo por la "historia", podemos observar las diferentes marcas que durante siglos el hombre ha ido plasmando, no sólo en el terreno, sino en las mentes y costumbres de las gentes, y que contribuyeron a crear la visión que en la actualidad percibimos del paisaje que contemplamos, lo que nos ayuda a su comprensión y valoración, de cara a protegerlo y transmitirlo, pues "la incapacidad de entender el presente nace inexorablemente de la ignorancia del pasado" (Mar Bloch).