Hace un par de meses, haciendo el
camino, a la altura de
Lavacolla, paré en una taberna típica de aldea llamada
Bar Botana donde es parada se puede decir obligatoria de peregrinos. Mi experiencia allí la calificaría de aceptable,
comida abundante que es lo que busca un peregrino para recobrar energías, aunque la limpieza al menos en wc podrían esmerarse más, pues supongo que debido a la afluencia de peregrinos se podrán imaginar su lamentable estado.