Existen pruebas arqueológicas que certifican que estas tierras estaban pobladas en la Edad de
Piedra. Más tarde aparecieron los primeros castros, de los que se conservan numerosas muestras a lo largo del municipio.
En la Edad Media, toda la comarca estuvo dominada por el monacato, que colonizó y repobló las tierras abandonadas por los sarracenos. Prueba de ello son los abundantes templos y construcciones religiosas que se conservan de esta época.
En el siglo XVIII hubo dos fenómenos sociales que afectaron a estas tierras: el primero de ellos fue la fundación de la gran
fábrica de Sagardelos, en el municipio de Cervo, lugar del cual salieron los ladrillos que sirvieron para construir los
hornos de las
minas de Vilaodriz. El otro factor que condicionó la vida fue, ya en el siglo XIX, la puesta en explotación de los yacimientos de limonita por parte de una sociedad vasca, explotación que continuó hasta la Guerra Civil.