Los abundantes vestigios prehistóricos del municipio, como
son las mámoas y dólmenes de Ferreirúa y Vilarpandín, o los castros de Liñares, Monterrío, Coedo y
Larxentes, entre otros, revelan la existencia de asentamientos humanos desde el neolítico.
Cabe destacar varias sepulturas en Abrente y Molmeán que, al igual que el
castillo de los condes de Altamira y el
puente sobre el Navia, corresponden a la época
medieval.
También las
iglesias de
San Miguel de Barcia y San Salvador de Mosteiro.