El concejo de Baleira se topa con las sierras orientales de Galicia, en un relieve accidentado y montañoso, formando un largo valle donde nacen los ríos Neira y Eo. La superficie del concejo es de 168 kilómetros cuadrados.

La Parroquia de San Lourenzo de Pousada.
A lo largo de todo el término municipal existen vestigios de cultura castreña: castros de Antiguallas, Vilar dos Adrios, Degolada o Quintá, entre otros. También destaca la necrópolis de A Matanza.
Las iglesias de San Pedro da Esperela, Santiago da Fontaneira, Santiago de Córneas, Santa María de Librán, San Miguel de A Braña, San Lourenzo da Degolada y la de reciente construcción en la capital del municipio (O Cádavo) conforman la totalidad de templos religiosos en el municipio.
En cuanto a la arquitectura civil, destaca la casa-pazo de Albaredo, en Córneas, y la casa de Luaces, en Vilarelle.
La arquitectura popular se encuentra diseminada por todo el municipio en forma de hórreos, pallozas y trobos.

San Cristóbal (11,12,13 de Agosto)

La gran cantidad de testimonios arqueólogicos existentes en Baleira reflejan el hecho de que estas tierras contaron con pobladores desde la prehistoria. Pero no es hasta el s. IX, con la invasión musulmana, cuando se tiene la primera referencia histórica del actual municipio, cuando en el año 813, en tiempos de Alfonso II El Casto, se libró una batalla entre moros y cristianos en el lugar conocido como Campo de A Matanza.

La ruta del Camino Primitivo, la más utilizada por los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela en el transcurso de la Edad Media, constituye uno de los principales ejes de atracción del municipio, al igual que la fraga de A Marronda, el bosque de hayas reconocido como el más importante de Europa y las áreas recreativas de A Cortevella y del nacimiento de los ríos Eo y Neira.