Hermoso pueblo de gentes curtidas por el duro trabajo del campo. Tanto para el conocido como para el desconocido, siempre habrá una disponibilidad a ayudar y por supuesto en cada casa uno será invitado a ese sabroso café que antes era de pucheiro y hoy se hace con esas cafeteras que generan un soplido de vapor como consecuencia del calor. Gente honrada y sentimental con la que siempre puedes contar en los momentos difíciles, que es cuando se ven los amigos de verdad.
Tengo ya muchos años y todavía ... (ver texto completo)
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