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BRETOÑA: Xente de Bretoña: “Unha Veciña Especial”:...

Xente de Bretoña: “Unha Veciña Especial”:

Todos los que por diversas razones nos hemos tenido que marchar de nuestro pueblo, o aunque volvamos con frecuencia, no convivimos diariamente con nuestros vecinos, tenemos un “don”, el cual, conviviendo a diario o por la cercanía a la gente no se suele valorar, ese “don” es el de los recuerdos que te hacían felices o recuerdo de personas que te impactan positivamente, ya sea por sus actos o por su comportamiento…siempre en los momentos de soledad o de reflexión sobre la vida de uno mismo, esas personas buenas que uno ha conocido se convierten en “recuerdos” que visitan a uno periódicamente y que te hacen recapacitar sobre “el tesoro” que es tener recuerdos de toda la gente buena que te rodea o que te ha rodeado en el pasado. Personalmente siempre he utilizado los domingos por la tarde cuando las actividades típicas del fin de semana están tocando su fin y uno debe de prepararse para el trabajo que comienza el día siguiente, con lo que queda un periodo de tiempo de reflexión. En esos paseos de los domingos por la tarde, es cuando mi mente hace un barrido por el tiempo y curiosamente la mayor parte de la gente que viene a mi mente proviene de mi querida Bretoña, por eso me gusta contar cosas de esa gente que en el entorno nuestro de un pueblo pequeño como el nuestro son gente importante.

Hoy quería mencionar a una de esas personas, se trata de una mujer, que tengo el “honor” de conocer desde que tengo uso de razón, incluso he de decir que de su padre, tengo uno de mis más antiguos recuerdos, pues, teniendo yo 2 años más o menos y estando enfermo venía a mi casa a ponerme las inyecciones recetadas por Don Gumersindo, y yo con mi lenguaje de niño de 2 años siempre le decía “Váyase señor Ardo, vayase pra sua casa…” claro, lo de recibir un pinchazo no era lo que más me gustaba, aunque eran fundamentales para curarse.

Recuerdo de ella que cuando íbamos a la escuela siempre tenía una palabra amable y una sonrisa para nosotros. Incluso cuando íbamos a robar peras a la “pereira” de al lado de su casa, aunque nos pillara siempre no existía recriminación, era en plan alegre y con palabras de cariño finalizando dándonos todas las peras quisiéramos. Recuerdo también que dado que no había aún televisión en mi casa (ni tan siquiera la potencia de luz que había era suficiente para un televisor) los sábados por la tarde me iba a su casa y me ponía la tele para que viera Heidi y en paralelo siempre caía alguna galletita, que en aquella época se apreciaba mucho, pues no abundaban para los niños como ocurre hoy en día. Recuerdo también cada vez que voy a Bretoña las conversaciones que, aunque breves por falta de tiempo, siempre tenemos.

Recuero también su contribución a tratar de hacer más felices a los demás participando en obras de teatro o disfrazándose en los Carnavales, por supuesto, sin interés particular alguno, no había otro objetivo que no fuera fomentar la alegría de los demás en una época “que se necesitaba mucho!”. Histórica es su interpretación de “A Maleteira”, nunca nadie en nuestro pueblo a nivel aficionado ha tenido las dotes de interpretación para la comedia que ella tiene, es más, pienso que ha nivel de dramático, no sabría interpretar dado que ella siempre contribuye en lo que sea para hacer feliz a la gente pero no creo que haría nada orientado a producir tristeza aunque sea algo temporal como es una obra de teatro.

¿Quién no recuerda su amabilidad con todo el mundo en su tienda? … ¿Quién no recuerda su positivismo incluso en los malos momentos?. Yo si… recuerdo todo eso, y las conversaciones contigo, las reflexiones siempre positivas, tu amabilidad con mi hijo…. Todos estos recuerdos si que son “tesoros”, lo material no es comparable a la suerte de haber conocido y convivido con una persona tan maravillosa como tu…! ANITA, ERES A MELLOR! GRACIAS POR SER COMO ERES!