Puente romano de
Lugo.
Sobre el
Río Miño.
Unía Lucus Augusti con Bracara Augusta, que eran las dos capitales
romanas de la Hispania noroccidental, junto con Asturica Augusta.
Es una ciudad situada en el noroeste de
España.
Asentada sobre un cerro a orillas del río Miño, la ciudad de Lugo, que se fundó como un campamento romano, conserva importantes huellas de aquel pasado imperio, entre ellas su
muralla milenaria, Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Su muralla, fue construida en el siglo III d. C. y principios del siglo IV en la que entonces se denominaba Lucus Augusti, marcando los límites del casco histórico y el ensanche. Una buena manera de conocer esta bonita ciudad es subiendo a esta imponente construcción, de unos 10 metros de altura, y pasear por los 2266 metros que posee su perímetro.
La muralla tiene 10
puertas, puertas que nos permiten acceder a un entramado urbano de tranquilas
calles peatonales. Las estrechas y empedradas calles de la
Cruz, Rúa Nova y aledañas constituyen una auténtica ruta del tapeo con paradas en los numerosos
bares y tabernas típicas que invitan a disfrutar de los generosos aperitivos que acompañan a cada consumición. “Y para
comer, Lugo”. Pues, ciertamente, así es como reza el famoso lema de la ciudad.
Junto al curso del río Miño, a su paso por la ciudad, destaca su abundante
fauna, en especial las aves. En torno al Miño tenemos una ruta de
parques de unos treinta kilómetros de longitud. Otros
ríos que atraviesan la ciudad son el Fervedoira y el Mera.