Jamás olvidaré mi paso por aquel paraiso de paz y espíritu.Aquella hilera de
árboles cuyo verde y aroma te abría los pulmones cual gota del mejor perfume.
La tranquilidad de su
paisaje, la sencillez de sus
calles te elevan a un estado de armonía jamas alcanzable en la jungla en la que nos movemos a diario.
En
la Faba te envuelve una inefable sensación de sosiego y calma que hace que el corazón y la mente se descarguen de esas pesadas cargas que arrastran, producidas por el mundo de injusticia,
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