Puertomarin (Lugo)
Iglesia de San Juan (o San Nicolás).
La iglesia se conserva en buen estado y había sido levantada durante el siglo XIII.
El aspecto exterior es sorprendente. La dureza del castillo se junta, sin mezclarse, con la suavidad de la ornamentación. Hay que relacionar el binomio iglesia-castillo con el de monje-caballero, para así poder comprender por qué que ofrece lo que tenemos delante. En la fachada principal un arco de descarga parece que quiere distinguir precisamente esas dos fuerzas, que, unidas dan expresión a la iglesia. El arco es de grandes dimensiones, casi llega hasta arriba. Se halla claramente dividido en dos zonas, de las que la superior da campo a un rosetón finamente trabajado, y además, de unas proporciones gigantescas dentro del románico gallego. En la parte inferior, separada de la superior por un quita lluvias cuyos pequeños arcos guardan diversos motivos geométricos, se abre la puerta principal. Se abocina con tres arquivoltas sobre tres pares de columnas de fustes monolíticos, coronados por capiteles de motivos florales, que también veremos en el interior de la iglesia.
Interior. La nave es amplia y sus muros se interrumpen por una serie de cuatro pilastras a las que van adosadas las respectivas columnas. Los capiteles de las columnas son sencillísimos y están unidos por una cornisa, de donde parten los arcos claramente apuntados que sostiene la bóveda. (45) web local (Círculo Románico)
Iglesia de San Juan (o San Nicolás).
La iglesia se conserva en buen estado y había sido levantada durante el siglo XIII.
El aspecto exterior es sorprendente. La dureza del castillo se junta, sin mezclarse, con la suavidad de la ornamentación. Hay que relacionar el binomio iglesia-castillo con el de monje-caballero, para así poder comprender por qué que ofrece lo que tenemos delante. En la fachada principal un arco de descarga parece que quiere distinguir precisamente esas dos fuerzas, que, unidas dan expresión a la iglesia. El arco es de grandes dimensiones, casi llega hasta arriba. Se halla claramente dividido en dos zonas, de las que la superior da campo a un rosetón finamente trabajado, y además, de unas proporciones gigantescas dentro del románico gallego. En la parte inferior, separada de la superior por un quita lluvias cuyos pequeños arcos guardan diversos motivos geométricos, se abre la puerta principal. Se abocina con tres arquivoltas sobre tres pares de columnas de fustes monolíticos, coronados por capiteles de motivos florales, que también veremos en el interior de la iglesia.
Interior. La nave es amplia y sus muros se interrumpen por una serie de cuatro pilastras a las que van adosadas las respectivas columnas. Los capiteles de las columnas son sencillísimos y están unidos por una cornisa, de donde parten los arcos claramente apuntados que sostiene la bóveda. (45) web local (Círculo Románico)