El
monumento natural de la
playa de las
Catedrales se ha terminado convirtiendo, como tantas cosas en este País, en un
parque temática; sólo aquellos que pueden permitirse visitarlo en otra época que no sea el estío, podrán disfrutar del
paisaje natural, del sonido de las olas al entrar y salir de sus
grutas, de los
pasadizos solitarios con paredes inaccesibles.
Sólo los privilegiados que viven cerca de allí pueden observar el cambio en las tonalidades de las
rocas cuando hay sol o cuando hay temporal; las pequeñas
lagunas azules que quedan cuando baja la marea, las
cuevas inundadas, los percebes colgando del
acantilado.
Y lo peor de todo los miles de humanos invadiendo este espacio. Parece inevitable que la masificación llegue a cualquier sitio que por
arte de magia se convierta en popular.
España se está convirtiendo en un parque temático y deberemos aprender a tomar vacaciones fuera de temporada Alta para poder disfrutar de la esencia de las cosas.
Al final lo que realmente importa es vivir el instante de paz, amor y
amistad en un lugar tan bello como este.