Hay mucho complejo de inferioridad detrás de la obsesión asturiana de imponer un nombre oficial distinto al tradicional de Ría de Ribadeo. Es cierto que coloquialmente se usa y se usó el que ultimamente quieren imponer pero la premeditación de cambiarlo en los mapas tiene ese significado de complejo de inferioridad. Detrás de ello hay también mucha ignorancia, hay gente de bajo nivel cultural que cree que, de alguna manera, el topónimo Ría de Ribadeo significa que este accidente geográfico pertenece a Ribadeo, sin entender que solo tiene un carácter denotativo e histórico como cualquier nombre de lugar o sitio. Se comprende que algunos puedan creerlo, pero que los políticos asturianos se hagan eco de este vulgarismo solo tiene un nombre y ese comportamiento político tiene un nombre correcto: Populismo.